En una jornada con matrimonios el Padre Kentenich les habló de un tema que él consideraba muy importante para la convivencia familiar. Dijo entre otras cosas lo siguiente:
"Una de las claves de la comunicación consciente es comprender al otro. Esto se aplica tanto al matrimonio como a la educación. Se trata de una cultura de la relación.
¿Cómo
debe ser esta comprensión? Apliquémoslo a los cónyuges, al padre y a la madre y
a los hijos. Si puedes decirte a ti mismo: Si tuviera que volver a hacerlo, lo
haría exactamente igual, entonces es un signo brillante de vuestro matrimonio.
¿Cómo
debe ser esta comprensión? Quiero decir, debería decirlo: primero debe ser un
entendimiento amable, benevolente. Alban Stolz definió una vez: La comprensión
es un asumir amorosamente al otro en uno mismo. Es decir: La corriente que
emana del que está a mi lado, la corriente de amor que está viva en el otro,
debe pasar por toda la familia. Cualquier corriente de vida que haya debe ser
captada por el corazón del padre, de la madre y de los hijos. No se trata de
que una relación esté al lado de otra. Cada uno tiene sus propios intereses de
tipo religioso.
Comprender bondadosamente
Cuando nos entendemos, tenemos una comprensión amable entre nosotros, asumimos todos estos intereses. Por eso la mujer debe ser tan desinteresada, que comparta las preocupaciones y necesidades del hombre (y viceversa). Asumimos las necesidades del otro, también las cosas valiosas que se desarrollan en los hijos, la niña y el niño... (en la pubertad).
Una comprensión amable para todas las necesidades y preocupaciones, eso es lo
que hace tan cálida la vida familiar, la conciencia: Mi necesidad es la
necesidad del otro, mi alegría es la alegría del otro. Comprensión por todas
las preocupaciones. Nos pertenecemos, nos comprendemos, estamos despiertos los
unos para los otros. Esa es una comprensión amable.
Creer en el bien
Una comprensión
edificante. ¿Qué significa eso? Puede ser especialmente difícil cuando nuestros
hijos están en la adolescencia. Puede que nosotros mismos tengamos nuestros
momentos difíciles. Yo, por ejemplo, suelo decir, ... me gusta decir que todos
en la familia tienen derecho a veinte chifladuras, veinte anormalidades. ¿Qué
significa una comprensión edificante? Los hombres debemos recordar que nuestras
esposas tienen sus momentos en los que están muy irritables. ¿Cuándo edifica la
comprensión? Cuando creo en la bondad del que está frente a mi y en su misión,
a pesar de esas chifladuras y a pesar de esta línea ascendente y descendente de
su humor.
Permanecer abierto
Qué preocupaciones tenemos cuando nuestros hijos están delante de nosotros: Me gustaría llevarlos a la Virgen, pero ahora les interesa jugar al fútbol. Es hermoso cuando el padre y la madre también se interesan por ello. Pero lo más importante es no creer ahora: "No todo está perdido". Desde el punto de vista del desarrollo, el niño debe tener estos intereses a esta edad. La niña también tiene sus intereses. Sólo tienes que conseguir que tus hijos estén abiertos a ti. Si tus hijos están abiertos a ti en estos momentos, entonces has ganado. Si tus hijos acuden a ti a esa edad con sus necesidades y preocupaciones y puedes participar en ellas sin aparecer inmediatamente como juez sobre vivos y muertos, entonces eso también es comprensión edificante. ¿Cuándo construye la comprensión? Cuando veo la luz en el que está frente a mi a través de toda la confusión y la oscuridad, cuando sigo creyendo en lo noble y bueno del mismo a pesar de toda la maldad. Creo que el niño, que ahora está luchando, llegará a ser algo capaz después de todo. No lo etiquetes de criminal. Debes creer en lo bueno que hay en él y así fortalecer lo bueno que hay en él. Esa es la comprensión edificante.
Comprensión con respeto
Una comprensión reverente. Esto es lo más importante .... El respeto es el eje del mundo. Cuando las puertas están fuera de sus goznes, cualquier ráfaga de viento puede derribarlas. Por lo tanto: Respeto de los cónyuges entre sí. Respeto de los hijos hacia sus padres. Goethe dijo una vez: "El respeto es algo que el hombre no trae al mundo, pero sin lo cual el mundo no puede existir". Reverencia por toda originalidad, sin querer cercenarlo todo. Reverencia por todo destino. No conseguimos hacer todo lo que queremos. Queremos y queremos, y no podemos.
El respeto debe educarse en un círculo pequeño. No se puede esperar eso de la
escuela. Esa es tarea de la familia. Tienen que sentir que la renovación de la
familia es algo grande y hermoso."
J. Kentenich, junio de 1950, Jornada para familias del 31.05. - 04.06.1950, pp. 62-65
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