viernes, 30 de abril de 2021

Amor y autoridad paternal - la "muerte del padre" (1)

Como nos cuenta el P. Hernán Alessandri (+18.12.2007) en su libro “La propuesta Evangelizadora de Schoenstatt”, el Padre Kentenich captó un “mal de fondo” de nuestro tiempo, al que detectó como la última raíz de las múltiples convulsiones de tipo cultural y social que nos sacuden. A dicho mal lo llamó ‘colectivismo mecanicista’. En su propia vida, el Padre Kentenich enfrentaría, personal y dolorosamente, este drama del hombre contemporáneo. Recordemos, por ejemplo, sólo su infancia. Sabemos que a menudo Dios prepara así a quienes escoge para una misión, les hace experimentar previamente los mismos males que mediante ellos propone curar.

Como uno de los problemas más destacados de este ‘colectivismo mecanicista’ está la cuestión el padre. En múltiples retiros y charlas habló nuestro fundador de ello. Recuerdo, por ejemplo, la jornada que conocemos con el título “Que surja el hombre nuevo”.

Quiero traer a este Blog un texto del Padre sobre el tema citado, que me ha parecido digno de estudio y reflexión en estos tiempos que nos ha tocado vivir a la generación ‘post fundatoris’. Es parte del Estudio que vengo mencionando en las semanas pasadas, y que por su extensión distribuiré en varias entregas (para mantener la estructura del Blog). Una observación previa: los subtítulos en negrita que contiene el texto han sido incluidos por el P. Heinrich M. Hug en su revisión del texto original para facilitarnos la lectura y comprensión del mismo. Recordamos que se trata del escrito de 1964 titulado “Heimwärts zum Vater geht unser Weg”, tratado sobre el “principio paternal” tal como se vivió en la comunidad de las Hermanas de María – con la presencia del Padre y Fundador - hasta 1951.

El texto que sigue es continuación del que transcribí la semana pasada. Dice así:

 “Tercer ámbito problemático:

Vinculación y amor y autoridad – 200 años de historia del problema del padre

El tercer problema que se puede y se debe resolver mediante el misterio del amor es el problema de la autoridad.

Desde hace aproximadamente 200 años se viene experimentando un desarrollo complejo, que hoy ha alcanzado un momento culminante, sobre todo en la rebelión de los hijos. Evidentemente que no es sólo un fenómeno alemán y centroeuropeo, sino que es también internacional.

La culpa de los hijos – su rebelión contra los padres

En este tema es probable que Estados Unidos desempeñe un papel de liderazgo. El inglés Geoffrey Gorer caracteriza a América como verdaderamente el ‘país hijo’, que se rebeló contra la despótica Inglaterra y se separó de ella. Según Gorer, ‘la gestación de un estadounidense requiere que el padre sea rechazado como modelo a seguir y como fuente de autoridad’. Con el tiempo, esta actitud básica y fundamental penetró tan profundamente en su sentir vital que él mismo de forma espontánea claudicó en su calidad de padre, y ahora se resigna y se da por satisfecho con ser despreciado y rechazado por sus hijos. Ha llegado tan lejos que ahora él espera simplemente que sus hijos se rían de él, y a que, si se atreve a apelar a su autoridad, lo corregirán con las palabras: tú presumes de ti mismo.

En Alemania, el padre, que fue venerado y reconocido allí como un patriarca en los siglos pasados, parece haber desaparecido prácticamente desde el punto de vista de esta función.

A la búsqueda de razones para la rebelión de los hijos – motivos internos y externos

Los sociólogos aducen como razón para ello el cambio radical de todo el orden social como consecuencia del desarrollo tecnológico y económico, por lo cual la familia

“de una comunidad de producción ha llegado a ser una cooperativa de consumidores, y de la jerarquía ordenada y orgánica familiar se ha pasado a una comunidad de techo y mesa poco cohesionada, en casos aislados en una comunidad ocasional de intereses …”

Al hacerlo, no se pase por alto lo que las guerras mundiales y revoluciones, a través de las circunstancias trágicas que las acompañaron, contribuyeron a la erosión de la estructura jerárquica del núcleo de la sociedad humana.

Pero se cometería un error si se quisiera responsabilizar principal o exclusivamente a las circunstancias externas la rebelión surgida históricamente de los hijos contra los padres y del consecuente “parricidio” o “muerte del padre”.

La culpa de los padres – su fracaso

Los sociólogos demuestran que la culpa de los padres no es menor que la de los hijos. El alejamiento de los padres del ideal de una paternidad creativa y desinteresada, en parte como causa, en parte como efecto, acompañó el ritmo de renuncia de las obligaciones de los hijos. En lugar de que los padres se exigieran a sí mismos, se exigieran un espíritu de sacrificio desinteresado e inspirado por el amor y el coraje en la confianza, es decir, la actitud básica que es la fuente de una autoridad espiritual interior, se endurecieron a menudo con exigencias externas que ellos mismos no cumplían, requirieron sólo obediencia externa y se contentaron con el uso de disciplinas sin alma para que se cumpliera su voluntad. Como resultado de esta constante insistencia en la autoridad puramente externa, a menudo degeneraron en déspotas desenfrenados”.

(Continuará)

 

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