viernes, 23 de abril de 2021

El amor y su acción

El amor, su acción en ámbitos problemáticos de la época

Una vez descrita la esencia del amor, el Padre Kentenich pasa en el estudio mencionado la semana pasada a reflexionar sobre la actuación o el obrar de ese amor en áreas problemáticas de nuestra época, proponiendo a sus lectores al comienzo la siguiente tesis de trabajo:

“El principal medio para superar los desafíos centrales del tiempo estaría en el cultivo más cuidadoso del aquí esbozado estar espiritualmente en, con y para el otro en un sentido auténticamente cristiano según las leyes de la transferencia y transmisión orgánicas”. 

Lo que esto significa lo muestra o explica en tres ámbitos concretos de nuestra época: la ‘espiritualidad’ del bolchevismo, los vínculos y el amor en el matrimonio y el problema de la falta de autoridad con la ‘desaparición’ del padre en los últimos siglos.

Vinculación y amor en la ‘espiritualidad’ bolchevique

Explico a mis lectores previamente que para el Padre Kentenich la palabra bolchevismo significa colectivismo con su visión de futuro; el colectivismo promociona o procura un nuevo orden social del mundo y de la humanidad, en donde se despersonaliza a Dios, al hombre y a la propia persona, creando un “impersonalismo” generalizado, o lo que es lo mismo, formando al “hombre masa” que vive sin vinculación alguna y que fomenta una forma de pensar mecanicista, “atomizada”, que impregna todo su estilo de vida.

En el estudio que venimos comentando dice el Padre:

“En primer lugar, estoy pensando en la inmunización contra la espiritualidad bolchevique y en la forma de superarla. Es bien sabido cuánto he escrito sobre este punto a lo largo de los años. Más aún: con qué frecuencia y con qué franqueza he hablado de ello en las diferentes jornadas y conferencias durante las últimas décadas. Como ejemplo de estas fuentes me refiero, por ejemplo, a todo lo relacionado con el 20 de enero de 1942 y con el 31 de mayo de 1949. Como fuente importante al respecto podrían tomar mi “respuesta” oficial al “informe” oficial del visitador episcopal”.

Para ilustrar de forma clara todo lo que sabemos sobre los fundamentos de esta visión, el fundador aporta un texto esclarecedor tomado de una conferencia que un general estadounidense, Major Dr. William E. Mayer, pronunció en una universidad de California en el año 1958 sobre el método que los chinos utilizaban con éxito para “infectar” en un tiempo relativamente corto con el espíritu bolchevique a los soldados estadounidenses capturados en la guerra. El método era bastante sencillo dado que los vínculos personales emocionales de los estadounidenses eran extremadamente débiles, por lo que los chinos lograban en poco tiempo eliminar del todo los vínculos afectivos y someter a los soldados a ellos y a sus ideas.

Las ‘limitaciones’ de este Blog me impiden reproducir aquí el texto mencionado. Ahora paso al segundo ámbito problemático que cita el Padre:

Vinculación y amor en el matrimonio

Sobre este tema escribe lo siguiente:

“El segundo de los problemas que se pueden resolver mediante el cultivo de una personal y profunda vinculación orgánica en el sentido querido por Dios de un estar espiritual de uno en el otro, con el otro y para el otro, es el tan controvertido problema del matrimonio.

En una alocución a recién casados del 23 de octubre de 1940 el Papa Pio XII dice al respecto:

“Este encanto del amor humano ha sido por siglos el tema inspirador de admirables obras del genio, en la literatura, en la música, en las artes plásticas; tema siempre antiguo y siempre nuevo, sobre el cual los siglos han bordado, sin agotarlo jamás, las más elevadas y poéticas variaciones. ¡Pero con qué nueva e indecible belleza aumenta este amor de dos corazones humanos, cuando con su cántico se armoniza el himno de dos almas vibrantes de vida sobrenatural! También aquí se verifica el mutuo cambio de dones; y entonces, con la ternura sensible y sus sanas alegrías, con el afecto natural y sus lances, con la unión espiritual y sus delicias, los dos seres que se aman se identifican en todo lo que tienen de más íntimo, desde la profundidad inconcusa de sus creencias hasta el vértice insuperable de sus aspiraciones”.

El 29.10.1951 el mismo Papa amplía este pensamiento a los miembros del ‘Congreso de la Unión católica de obstétricas y de colegios de comadronas católicas de Italia’ con esta observación:

“El acto conyugal, en su estructura natural, es una acción personal, una cooperación simultánea e inmediata de los cónyuges que, por la naturaleza misma de los agentes y la propiedad del acto, es la expresión del don recíproco que, según la palabra de la Escritura, efectúa la unión "en una sola carne".”

El fundador completa su reflexión en este ámbito citando un artículo de Dietrich von Hildebrand del año 1961 titulado “El sentido del matrimonio y el problema de la superpoblación”, del que traigo aquí las siguientes frases:

“Solo podremos captar el verdadero sentido y valor del matrimonio, si partimos realmente de la enorme y profundamente significativa realidad del amor entre el hombre y la mujer. Seamos sinceros: aquí nos encontramos con una contrariedad (escándalo) en la tradición católica sobre el matrimonio. Se habla demasiado sobre los apetitos de la carne, sobre el remedio contra la lujuria, sobre la ayuda mutua, pero muy poco sobre el amor. Nos referimos al amor entre el hombre y la mujer, esta fuente de felicidad tan profunda en la vida humana, este amor grande y radiante del que el ‘Cantar de los cantares’ (8,7) dice: "Si alguien ofreciera todos los bienes de su casa por el amor, se granjearía desprecio”.

………….

“Hay otro error fundamental que bloquea la comprensión del auténtico sentido y valor del matrimonio: mientras que se considere la esfera sexual en la persona como una mera subárea de los instintos y de las pasiones biológicas, que no tienen una relación esencial con la esfera espiritual (tal como la sed o la necesidad de dormir), y cuyo sentido radica en un sentido externo al que sirven, se anula el camino al conocimiento de la verdadera esencia y sentido de lo sexual. Si se considera esta esfera como una realidad exclusivamente biológica, se permanece ciego para reconocer el misterio que en ella prevalece: por un lado, el sentido y valor que puede tener, y por otro lado la terrible ofensa moral de la impureza”.

(Continuaré la semana que viene con el tercer ámbito de acción del amor: el de la autoridad) 

1 comentario:

  1. Me quedé con ganas de seguir leyendo, Paco... qué ganas de poder charlar largo y tendido con vos sobre estos temas... gracias!

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