viernes, 30 de agosto de 2024

¿Me comprendes? PEDAGOGÍA DE MOVIMIENTO

La pedagogía de movimiento lleva por el camino del movimiento hacia una meta a la que se aspira a llegar. Muchas veces, la meta hay que mantenerla «in mente» y, primeramente, percibir qué es lo que mueve interiormente al otro, al grupo o a uno mismo. Si la comprensión se establece, pueden emprenderse pasos hacia la meta de manera efectiva.

¿Qué mueve interiormente a las personas?

Si se quiere interpretar a partir de las almas el deseo y la voluntad de Dios hay que mantener un contacto cuidadoso y constante con ellas, hay que comprender, abrir las almas, leer en ellas y llevar lentamente lo que se ha captado a la Familia [= comunidad] en su conjunto. Esta es la única manera en que crece a la larga una atmósfera de comunidad sana y con la impronta de Dios.

Nuestros jefes tienen que realizar el más minucioso trabajo de hormiga y, sobre todo, cultivar […] el contacto interior. […]

Para mí personalmente ha sido siempre una obviedad, antes de dictar un curso, intercambiar por lo menos un par de palabras con alguno de los participantes a fin de tener la ocasión de arrojar una mirada rápida al fondo del alma de modo de descubrir qué corrientes espirituales están vivas en ella. Y durante la conferencia se me había convertido en segunda naturaleza interpretar a partir del brillo de las miradas lo que ocurría en las almas a fin de enlazar con ello y, de ese modo, seguir trazando y dibujando las líneas de forma lenta pero segura y ayudar así a crear una gran atmósfera de comunidad en la que el individuo se sintiese a gusto y por la que fuese arrastrado y formado.

 J. Kentenich, 09.12.1953, en Mach heimisch in ihr Führerfähigkeiten (manuscrito),

Hablar con cercanía a la vida.

Dicho sea de paso, desde el punto de vista pedagógico es siempre importante que en sus conferencias les muestren a sus oyentes cómo son ellos realmente, o sea, no dictar conferencias siguiendo libros, sino a partir de la vida, tener contacto con la vida. Ustedes pueden leer en los ojos si el muchacho ha comprendido lo que ustedes han dicho, si [su mensaje] le ha llegado.

J. Kentenich, 27.02.1952, en Brasilien-Terziat (manuscrito)

Comprensión pedagógica significa:

Primero, que yo piense con aquello que dice mi interlocutor.

Segundo, presupone una resonancia de mi alma. Esto es muy esencial. Si me limito a escuchar, a elaborar conceptualmente lo que quiere expresar mi interlocutor, entonces no podemos hablar de una comprensión pedagógica. En mí tiene que resonar lo que suena en mi interlocutor. No es necesario que yo mismo lo haya experimentado: no tengo que haber yacido yo en el lodo si el otro yace en el lodo.

Tercero, un decir sí, por lo menos al punto de vista de mi interlocutor.

Cuarto, ciertamente también una fe, y una fe sincera en el valor de aquello que mi interlocutor persigue y quiere.

Quinto, una fe firme en la misión personal de mi interlocutor.

J. Kentenich, 21.05.1932, en Marianisch-pädagogische Tagung (manuscrito), 336 s.

 

Mover hacia una meta.

En el proceso pedagógico hay que transmitir valores. Los valores son una meta consciente o inconsciente. El padre Kentenich da al proceso de apropiación de valores el nombre de «pedagogía de movimiento»: moverse con el educando hacia una meta.

Ahora cabe preguntarse: ¿cómo puedo acercar todos esos valores lo más posible al alma? Ahora viene el psicólogo, que quiere captar los aspectos más fundamentales. En última instancia, se trata del conjunto de cuestiones que giran en torno a estos dos pensamientos: ¿cómo puedo acercar al alma estas cosas, estas verdades, primero, en el plano del conocimiento?; y, segundo, ¿en el plano de los impulsos?

En el plano del conocimiento.

¿Cuándo ocurre que una verdad incida desde el punto de vista del conocimiento en lo más profundo de mi interioridad?

Primera posibilidad: por ejemplo, salgo a pasear o paso en vehículo y leo en el diario: en tal mina de carbón se ha producido una gran desgracia. ¿Producirá ese conocimiento una gran impresión e influencia en mí? Probablemente, no.

Segunda posibilidad: leo la edición del mediodía. Las distintas escenas se describen allí de la forma más drástica y cercana a la vida que se pueda. ¿Producirá esa descripción una impresión profunda en mí? Sí. ¿Por qué? Porque ahora el objeto me es acercado desde el punto de vista del conocimiento.

Tercera posibilidad: mientras paso por el lugar, de pronto se produce una explosión. Allí el objeto está lo más cerca posible de mí y, sin duda, producirá en mí una impresión profunda.

Del mismo modo queremos hacerlo nosotros con las verdades sobrenaturales. Tenemos que desmenuzar de tal modo los distintos conjuntos que se nos acerquen lo más posible.

En el plano de los impulsos.

Tenemos que acercar esas verdades al alma también en cuanto a los impulsos. Es decir, esas verdades, esos valores deben dar también una respuesta al instinto de felicidad que quiere desplegarse en mí. […]

Puedo recordar que, cuando hace años viajé a través de Suabia […]un sacerdote dijo lo siguiente: hace tiempo ya que predico sobre la filiación divina, pero con un éxito cada vez más fugaz. […] Es importante que yo presente esas verdades de tal manera que sean una respuesta a una necesidad. […] Esas verdades y valores tienen que dar alguna respuesta a un impulso en nosotros.

J. Kentenich, 28 al 31.05,1931, en Ethos und Ideal in der Erziehung, 224 s.

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario