viernes, 23 de agosto de 2024

¿Para qué existo? PEDAGOGÍA DE IDEALES

 

¿Para qué existo? 

Descubrir los talentos que ha recibido el hijo ¿Para qué existes? ¿quién eres? ¿qué podrías ser? ¿qué plan tiene Dios sobre ti?

Hay distintos temperamentos. Cada hijo tiene su propia personalidad. Ayuden a sus hijos a desplegar sus propios talentos. Solamente desarrollar lo que está en ellos. Piensen que de un peral no se pueden obtener ciruelas. Hay que ser un artista, descubrir el proyecto de Dios.

Dios revela su proyecto a través de los talentos del niño.

Alguien con un gran amor tiene un deseo ilimitado de servir al modo en que Dios lo quiere de nosotros. Cooperar para que el hijo sea formado según el plan de Dios, ver lo que Dios quiere y realizar las grandes ideas que él ha depositado en nosotros. Una buena formación es solamente una parte de la educación. El niño tiene que realizar lo que Dios ha planeado.

J. Kentenich, primavera de 1955, en Am Montagabend, t., 1, 43

 

Proteger y desarrollar la originalidad del niño.

Si estoy bien orientado, ustedes tienen la costumbre de, a la noche no sé qué tan a menudo sentarse juntos y reflexionar qué características tienen los hijos, qué puede hacerse [en la educación]. Tienen que mantener esto siempre con firmeza: no concebir la unidad como uniformidad. Dejar que cada hijo sea como es. Y da también mucha alegría [] ver al hijo, a sus hijos con esas predisposiciones a menudo fundamentalmente distintas. Y cuánta alegría da si pueden decirse: quiero proteger, desarrollar esa originalidad y hacer también que el hijo sea consciente de ella. No decir, como se hacía antes en la ascética: ¡a este ya lo pondré yo en su lugar! Sí, eso también se puede hacer, pero lo más importante es que cada hijo tiene que aprender a aceptarse. Y si yo como padre o madre apoyo eso… puede ser que cometa errores, lo más probable es que los cometamos; siempre es difícil distinguir qué es peculiaridad propia y qué es una mala costumbre. El principio tiene que ser que yo deje que el hijo sea lo que es. Dios lo ha creado de ese modo, el hijo no tiene que ser como yo. Cada cual tiene el derecho a su ser original. ¡Y yo quiero protegerlo! Y cuando se reúnen en torno a la mesa y filosofan sobre este o aquel hijo, ¡ya verán qué alegría les da!

J. Kentenich, 04.06.1966, en Briefe und Ansprachen an seinen Familienbund, 100

 

Retener siempre esto: cuanto más sobrenatural [se es], tanto más natural y original [hay que ser]. También en la educación de los hijos. Si no dejan que los hijos sean originales por supuesto, siempre es difícil preguntar qué es peculiaridad propia y qué es una mala costumbre. Pero esto no es tan trágico. Si viven en la atmósfera correcta, no deben perder nunca de vista esto []: la Providencia tiene también a sus hijos en sus manos. La Providencia me tiene a mí también en sus manos y nos forma a través de las circunstancias.

J. Kentenich, 04.06.1966, en Briefe und Ansprachen an seinen Familienbund, 97 s.

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