viernes, 2 de febrero de 2024

MÉTODO DE MEDITACIÓN: POSGUSTAR Y PREGUSTAR

Meditación

El tipo de meditación, tal   como es popular entre nosotros, no es de orden secundario: posgustar y examinar las misericordias divinas y las miserias humanas, o examinar previamente y pregustar con vistas hacia el futuro es hoy en día esencial, más esencial que antes.

J. Kentenich, 22 de noviembre de 1965, en

Rom-Vorträge 17.-23.11.1965, 166

Tenemos que reunir un saber experiencial. ¿Qué significa eso? ¡Adentrarse en la propia historia de vida! Saber experiencial. ¿Acaso no he experimentado innumerables veces la conducción misericordiosa de Dios en mi vida? Ahora solo necesito recordarlo que muchas veces decimos sobre el tipo de meditación preferido. ¿Cómo hemos de meditar? Queremos nadar en el mar de las misericordias de Dios y de las propias miserias a partir de la propia vida. ¿Dónde me ha mostrado Dios que tiene mi vida en sus manos? Posgustar, examinar. ¿Posgustar qué cosa? Las mise5ricordias divinas y las miserias personales. (…..) Este tipo de meditación podemos y deberíamos aplicarlo todos aunque no tengamos mucho tiempo. Son cosas que, probablemente, ya hemos considerado en común. Podemos hacerlo estando de viaje, cuando vamos en el tren o dondequiera que estemos. Estas son las cosas: hacer una retrospectiva y, después, mirar dentro de nuestra vida.       

J. Kentenich, 19 de agosto de 1967, en Es geht dich an, t. 2, 198 s.

 

Llevarse a la boca un caramelo: meditar, posgustar

Pienso que debería pedirles una vez más que intenten realmente introducir pausas en su labor cotidiana, retirarse alguna vez a fin de interiorizarse en sí mismos. Pero no estoy pensando en tomar un libro y repetir lo que el autor del libro les dice, ni tampoco en rezar el rosario, sino en llevarse un caramelo a la boca. ¿Quién es el caramelo? Dios. Ahora, de alguna manera “chupo”, disuelvo y trago a Dios. Esto es lo que yo llamo tiempos de reflexión: es ocio, reflexión sobre sí mismo. Y, después: caminar hacia Dios en la vida cotidiana.

Si lo hacen, con el tiempo les resultará fácil lograrlo también en las cosas cotidianas. Antes se lo llamaba “meditación”. Nosotros lo llamamos tiempos de reflexión, tiempos de posgustación. Peero ¿qué es lo que degusto? ¡Degusto a Dios, a Dios, siempre a Dios! Se trata siempre de Dios. Es que no lo conocemos. Decimos todo tipo de cosas sobre él, pero todo es aprendido, solamente aprendido. (…..)

Ahora él me envía, por ejemplo, pobreza, enfermedad. ¿Qué he de hacer ahora de nuevo? Siempre lo mismo: se trata de un regalo de amor de Dios, de requerimientos de amor de Dios. ¿Y cuál es mi respuesta? Posgustar a Dios, él me desprende de todo lo terreno y me impulsa más a adentrarme en Dios. (….)

Se trata de poner todas las cosas, todos los valores en relación con Dios y de utilizarlos como escalera hacia Dios.

 

Reservar un tiempo de reflexión cada día

No les digo que ustedes deberían realizar meditaciones de horas de duración. No: tenemos que encontrar a Dios en la vida cotidiana, en nuestra vida cotidiana. Pienso que, entonces, ustedes deberían reflexionar cómo pueden logarlo de la mejor manera.

También aquí me permito decirles, una vez más: si no acostumbran a establecer para cada día un tiempo de reflexión – pero en la forma que les he dicho -, no creo que lo logren. ¿Por qué? Porque entonces no es más que una bonita idea. Se dice de inmediato: sí, lo haré. Pero si el amor no se cultiva de alguna manera …..Tengo que cultivar el amor, entonces produce efectos. No se da por sí solo que yo pueda lograrlo, sobre todo en un tiempo como el nuestro, que ya no conoce más este tipo de prácticas.

J. Kentenich, 19 de mayo de 1958, en Am Montagabend, t. 9, 97 

1 comentario:

  1. "Tengo que cultivar el amor, entonces produce efectos. No se da por sí solo que yo pueda lograrlo, sobre todo en un tiempo como el nuestro, que ya no conoce más este tipo de prácticas." Qué texto lindísimo. Para leerlo todos los días y que nos ayude a posgustar a Dios...

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