A los que pretendemos ser santos en el matrimonio, el Padre Kentenich nos da las pautas para un ejercicio ascético personal durante toda la vida, nos muestra una “cultura” adecuada a nuestra situación, un conjunto de modos de vida y de costumbres que nosotros, esposos, debiéramos cultivar en nuestra vida ascética y de amor. Tomamos los textos a los que nos referimos de diversos tomos de la serie “Lunes por la tarde”, charlas a los matrimonios de Milwaukee a principios de los años sesenta. Aquí está el programa:
“Disfrutar
como es debido - prescindir como es debido
Una pregunta
práctica: ¿Cómo debemos percibir a las personas y las cosas? Si quieres
concretarlo ahora: Toma a tu mujer, a tu marido, toma a tus hijos, toma la
comida y la bebida, toma el dinero y los bienes, es decir, todas las cosas
prácticas; toma la televisión, tu jardín, las abejas, es decir, todo aquello
con lo que tienes que ver, por lo que tienes un interés especial. ¿Cómo tenemos
que adaptarnos a estas cosas? ... Te daré cuatro respuestas.
Contemplar
correctamente
Relaciona todas las
cosas, todos los valores con Dios y utilízalos como una escalera hacia el buen
Dios. Ahora digo - pero en esencia es lo mismo -: Primero, ver todas las cosas
y todas las criaturas, todas las personas correctamente, por ejemplo a la luz
de la fe ...
¿Qué significa ver correctamente? Nunca separarse de Dios. Así que no veo mi
salchicha separada de Dios, no veo los dedos de mis pies separados de Dios, mi
pelo separado de Dios, mis gafas separadas de Dios, mis hijos separados de Dios
- siempre veo todo en conexión con Dios, lo veo correctamente. Pero también
debo ver correctamente la cruz y el sufrimiento.
Disfrutar
adecuadamente
Puedo disfrutar de
las cosas, regocijarme en ellas, pero siempre en dependencia de Dios y como
escalera hacia Dios.
Renunciar correctamente
Puedo prescindir de las cosas de vez en cuando, pero no prescindir de ellas
todo el tiempo. ¿Qué significa renunciar, renunciar de verdad? Hacer feliz a
Dios mediante la renuncia. Es siempre, siempre lo mismo: llevar todo hacia
Dios, poner la escalera hacia Dios.
Dominar correctamente
¿Qué significa estar por encima de las cosas? También mostrar alguna vez
que soy independiente de ellas. No soy esclavo de las cosas.
Ahora
apliquen lo dicho al trabajo. ¿Qué tipo de trabajo se trata? Por lo que a mí
respecta podría ser, trabajo en la industria, la industria del acero, o soy
asesor fiscal, abogado, ama de casa; no sé qué más puede ser. Ya se lo dije la
última vez: es una gran tragedia que todos estemos en peligro de caer presa de
una dedicación y actividad laboral sin alma .... Yo también puedo esforzarme
por hacerme rico, pero siempre en dependencia de Dios.”
J.
Kentenich, Lunes por la tarde, diversos tomos
“Granjearse continuamente el amor del otro
Procuren
los esposos granjearse siempre el amor de sus esposas. Recuerden cómo trataban
de granjearse ese amor en aquel tiempo cuando se conocieron por primera vez.
Respetábamos la persona de nuestra novia; tuvimos la suficiente fuerza para
comportarnos como personas íntegras y despertamos así su respeto hacia
nosotros. Así como mantuve el equilibrio en el tiempo de noviazgo así también
lo conservaré en mi matrimonio. Fíjense que si perdemos el equilibrio, si damos
rienda suelta a nuestros instintos, no sólo en el área sexual sino en nuestra
conducta y trato, la consecuencia será que la mujer pierda el respeto que
sentía hacia nosotros y ya no estaremos granjeándonos su amor.
Lo
mismo vale para la mujer. Que la esposa procure siempre agradar a su marido.
Recordemos cómo lo hicimos durante el tiempo de nuestro noviazgo, cómo la joven
se relacionaba con su novio. Yo como esposa tengo que saber qué le agrada a mi
esposo en mí, qué vestido o qué actitudes.
No
olviden que en este punto no se trata de lo sexual. Ya dijimos que el amor de
eros sirve de protección al amor sexual. El amor de eros es una complacencia
mutua que experimentan los cónyuges entre sí, algo totalmente aparte de lo
genital. No tiene nada que ver con ello.
Para
que nuestro acto conyugal sea un acto moral, procuremos que sea expresión de
comunión espiritual o bien, dicho con otras palabras, que el amor sexual esté
siempre unido al amor de eros, al amor espiritual y al sobrenatural.
El tú en primer plano
Esta
consigna exige de nosotros un cuidadoso cultivo de la vida de amor, en todo
sentido. Aprendamos en primer lugar a hacernos felices el uno al otro, lo que
en la práctica significa ir más del «yo» hacia el «tú». El amor crece cuando se
pone más en primer plano al tú, a la entrega al tú, y no al yo. Velemos para
que el amor crezca siempre, para que crezca realmente, tal como lo anhelábamos
cuando estábamos de novios. Sí, queremos hacernos felices mutuamente, pero no
sólo en la unión sexual sino también en la unión sexual. Y para lograr este
objetivo hay que cultivar en todo sentido nuestra vida de amor.”
J. Kentenich, Lunes por la
tarde, Tomo 20
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