viernes, 16 de julio de 2021

En camino hacia la celebración de los 80 años de la Obra Familiar de Schoenstatt

Hoy, 16 de julio de 2021, comienza un año especial, es el año de preparación al ochenta aniversario de la fundación del Instituto de Familias de Schoenstatt y con ello de la fundación de la Obra de Familias por nuestro Padre Fundador (Dachau, 16 de julio de 1942). La Divina Providencia ha querido que estemos en pleno “Año especial dedicado a la familia” convocado por el Papa Francisco el 19 de marzo de este año 2021, quinto aniversario de la publicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia.

Como ocurre a menudo en nuestra Familia de Schoenstatt, queremos celebrar este aniversario - (80 años de la fundación) - volviendo a los inicios, y dejándonos motivar en nuestras vidas por la idea primitiva, la idea original que motivó al Fundador y a sus acompañantes a asumir el riesgo de tal fundación. Es también una forma concreta de hacer vida en nosotros el espíritu de la Exhortación Apostólica antes citada, y con ello de ser una respuesta probada al desafío que nos presenta el Papa Francisco.

Veinticinco años después del día de la fundación, el 16 de julio de 1967, ambas comunidades (Instituto de familias/Obra de familias y Hermanos de María) celebraron las bodas de plata de su fundación en Dachau, en el mismo lugar en que nacieron a la vida. El fundador pudo estar presente. Durante los festejos el Padre Kentenich dictó tres pláticas. La noche del día de la fiesta destacó, en una plática, su significado (ver “Charlas de Dachau”, Padre J. Kentenich). Entre otras cosas, dijo:

“En el barracón de entrada, pronto contacté con pastores protestantes, especialmente con uno llamado Wilms de la escuela de un pastor protestante de Bethel. Es una doble escuela: una para aquellos que están flojos espiritualmente, pero también otra escuela para teólogos, diáconos y diaconisas. Él terminó allí sus estudios. Me contó entonces todo lo que Bodelschwingh, el fundador, llevó a cabo y que fue fuente de abundantes bendiciones en el círculo protestante. Entonces me surgió inmediatamente la pregunta: ¿qué quiere decirme con esto el buen Dios? Reflexioné: Naturalmente, no podemos consagrar a los matrimonios que crecen en nuestra escuela y después enviarlos como sacerdotes casados. Pero lo que hacía Bodelschwingh, o sea, lo que se hacía en Bethel, sí era factible para nosotros si fundábamos un Instituto de Familias de Schoenstatt.

Ahora permitan que les diga de lo que se trata. Un Instituto es siempre una rama de elite; el Instituto de las Hermanas de María, el de los Hermanos de María y otros por el estilo. Se da siempre por supuesto que hay… todavía dos ramas más. Por eso, el plan —ahora nos debemos preocupar por ello— el miembro superior debe ahora en primer lugar, asegurarse y prepararse para las otras dos ramas subordinadas; es decir, toda la forma organizativa de las otras ramas de Schoenstatt debe transmitirse a las familias.

En aquel entonces, dos hombres se presentaron para este propósito y esta tarea. En primer lugar, fue el mismo padre Eise. Debía continuar con la tarea de consolidar y ampliar no solo esta rama superior. Entonces, esta rama superior se llamaba solamente Obra de las Familias; más tarde, a estas tres ramas, la Liga de Familias, la Federación de Familias y el Instituto de Familias, se las denominó Obra de las Familias.

¿Qué cómo fue? Ya lo sabemos, lo hemos escuchado antes: El 16 de julio el señor Kühr y Joos —Joos como pseudónimo— se consagraron bajo peligro de muerte a esta obra. ¿Quién fue el Sr. Kühr?

Primero tengo que decir, que todo sucedió muy rápido, fue posible casi de un golpe. Apenas había llegado, se acercaban a mí laicos de todas partes. Querían cerciorarse de tal y cual cosa, querían que les orientara y les condujera más profundamente en la vida espiritual. En aquella situación algunas almas luchaban y aspiraban profundamente. Entre ellas, dos amigos: Dr. Kühr y Dr. Pesendorfer. Imagínense: Fui a Dachau con el pensamiento de que me faltaban dos comunidades. ¿Habría que fundarlas aquí? Siempre he tenido por costumbre no comenzar nada teóricamente. Cuando surgía un plan —aparte de que yo siempre lo interpretaba de las almas— esperaba hasta que alguien insistiera en esa misma dirección. Tras una amplia formación, poniendo en peligro continuamente nuestra vida —que les expliquen todas las hazañas de Dachau, a las que me refería al principio— de pronto el pensamiento: uno que quiere entregarse a la Obra de las Familias, o sea a la fundación de la rama superior; y el otro a la comunidad de los Hermanos Marianos. Luego se adhiere a ellos un hermano de una congregación austriaca. Así tenemos dos portadores, dos supuestos portadores, dos excelentes portadores de dos comunidades grandes, profundas y necesarias para que nuestra Familia pueda también desenvolverse en el mundo y trabajar con todos los medios para una renovación, unión fuerte y profunda, para una renovación del orden social cristiano”.

Invito a mis lectores a leer la ‘Charla’ completa y a meditar sobre su contenido. Al finalizar la ‘Charla’ el Padre Kentenich nos dijo:

“Finalmente, la pregunta ¿dónde está nuestra misión histórica? Si hablamos de la misión histórica, tarea o responsabilidad, en cierto sentido es lo mismo. Desde otro punto de vista, debo decir aquí que la misión es doble: es la fidelidad a las fuerzas motrices originales de la Familia y a su desarrollo histórico, como también fidelidad a las grandes metas de la Familia de Schoenstatt.

¡Fidelidad a las fuerzas motrices originales! ¿Cuáles son estas fuerzas originales? En una palabra: Es nuestra alianza de amor con la Madre y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt, con Schoenstatt como lugar y con Schoenstatt como Familia. Fidelidad a esta alianza. Aquí están todas nuestras fuerzas motrices. ……

Finalmente, también fidelidad a la gran meta. En una palabra, se trata de formar el nuevo y auténtico orden social cristiano para la Iglesia en las nuevas playas. En resumen, se trata de formar un hombre nuevo en una comunidad nueva en el sentido y en la forma como lo acabamos de esbozar. ….”

 Enlace para leer el texto de la citada charla:

Charlas de Dachau - Padre J. Kentenich - 16 julio 1967 - Tercera charla

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