El sábado 20 de septiembre de 1941 el Padre Kentenich es
detenido por la Gestapo y llevado al calabozo subterráneo de la central de la
Gestapo en Coblenza. Se encontrará totalmente aislado, solamente le han
permitido llevar consigo un crucifijo, un rosario y una imagen de la MTA. Un
mes más tarde lo trasladan a la cárcel de Coblenza, un antiguo convento
carmelita ubicado en la calle del Carmelo. Allí permanecerá en su celda hasta
el 11 de marzo de 1942, fecha de su traslado al campo de concentración de Dachau.
Seis meses de confinamiento. La Familia de Schoenstatt dispone de una colección
de cartas que él escribió durante estas semanas a distintas personas y
comunidades de su Familia. Se conocen como las
Cartas del Carmelo.(1)
Actualmente nos ha tocado también a muchos de nosotros
estar aislados por la pandemia que sufrimos. Salvando las distancias, y
sabiendo que “las comparaciones son odiosas”, invito a mis lectores a leer y
meditar alguna de estas cartas - que iré publicando en este Blog en las
próximas semanas. Hoy transcribo la Carta primera de la colección. Estoy
convencido que podremos aprender algo de las actitudes del Padre Kentenich
reflejadas en estos escritos. A este respecto el prólogo de la colección citada
nos apunta alguna de ellas:
“Lo primero es la profunda
filialidad, manifestada en la voluntad de seguir sin condiciones lo que está en
el plan de amor del Padre Dios. La lucha por la libertad interior es una de las
vertientes más ricas de esta historia. Liberación de todo lo que se opone a los
deseos de Dios, libertad para todo lo que es de Dios es el programa de vida. La
lucha por la liberación exterior del padre Kentenich es el símbolo de una lucha
más profunda. Que en definitiva es lucha contra los "poderes y tinieblas",
contra el misterio de la iniquidad diabólica, tan visible y poderoso en el
nacionalsocialismo y en las crueldades de los campos de concentración.”
A continuación, la carta citada, primera de esta colección.
Carta al
Padre Mühlbeyer (2) - Remitente:
J. Kentenich
Coblenza, 21 de octubre de 1941
Carissime Confrater:(3)
Escribo a disgusto porque con el paso del tiempo las
"cartas desde la prisión" suelen ser designadas con facilidad como
"actas de mártires". Pero por último debo hacerlo, a fin de que usted
no se quede sin ninguna noticia mía. Por eso, con brevedad, algunas novedades.
Dígale a todos los interesados que me va bien. Las
primeras cuatro semanas (4) pude rezar con el Credo: "Descendió a los
infiernos"; pero desde el 18 de octubre: "Subió a los cielos",
vale decir, a alturas luminosas, donde llevo ahora una vida contemplativa
propia de un fraile carmelita. Cuerpo y alma se han acostumbrado rápida y
adecuadamente al cambio. En suma: no hay motivo para tejer leyendas o historias
de terror. En un punto hasta se me otorga mayor honor que el que me
corresponde. Soy considerado como "la" cabeza espiritual de Schoenstatt. (5) Si se entiende por Schoenstatt un sistema científico
de una ascética orientada psicológicamente puede que la palabra corresponda, ya
que en 1919 procuré, por primera vez, fundamentar científicamente el sistema.
Pero si se entiende por Schoenstatt la corriente religiosa de la MGO,(6) debo compartir entonces las alabanzas con muchísimos
otros; especialmente con los muchos P. K. (7) que antes trabajaban en la MGO, y que en parte aún lo
hacen.
En alguna ocasión propicia puede proponer a las
hermanas, como material de meditación, dos frases del Salvador:
1.- ¿Por qué me buscáis? ¿No sabéis que yo debo estar
en las cosas de mi Padre? (8)
2.- Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por
aquellos que ama. (9)
Además cuando Pablo pregunta qué debe hacer, recibe
como respuesta la significativa indicación sobre "lo que él debe padecer
por mi nombre…" (10) Por otra parte Jesús mismo no redimió al mundo por
medio de milagros y prédicas, sino con su muerte.
Quien me quiera buscar y visitar me hallará en todo
tiempo en el corazón de Dios y de la santísima Virgen. Todos los que se hayan inscripto
en esos corazones están continuamente junto a mí y en mí. Por lo tanto, no
faltará materia de diálogo.
Y con esto ya no tengo nada más que decir. ¡Todavía
algo! No debo olvidarlo: muchas gracias a todos los que se ocupan tan
cuidadosamente del lavado de mi ropa. Valga para ellos la bienaventuranza:
"¡Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia!" (11)
Con un cordial saludo y bendición en todas
direcciones: hacia arriba y abajo, hacia derecha e izquierda. Quedamos en eso,
permanecemos fieles.
¡Hasta pronto!
En fidelidad, su J. Kentenich
Notas
1) Carmelo: El antiguo monasterio de los monjes
carmelitas fue secularizado en 1803 y servía después como prisión. En esta
prisión el padre estuvo detenido desde el 18 de octubre de 1941 hasta su
traslado a Dachau el 13 de marzo de 1942. Por eso las cartas se llaman “Cartas
del Carmelo”. La Iglesia del monasterio siguió siendo utilizada como tal. Desde
una pequeña ventana de la torre era posible ver la celda del padre Kentenich, e
incluso fue factible cierto contacto y conversación con él a partir del 20 de diciembre.
Durante la guerra, Coblenza fue bombardeada y la cárcel fue totalmente
destruida. Hoy en día existe un edificio totalmente distinto.
2) P. Friedrich Mühlbeyer: Sacerdote
palotino (1895-1959). Pertenecía al círculo más estrecho de colaboradores del
padre.
3) Latinismo muy en uso entre los
sacerdotes de aquella época: “Queridísimo cohermano”
4) Las “cuatro semanas” o la “prisión
en el calabozo subterráneo”: La Gestapo detuvo al padre Kentenich primero en su
cuartel “Im Vogelsang”, que antes había sido la filial de un banco, en una
celda aislada en el subterráneo. Estas celdas habían sido anteriormente cajas
fuertes, sin luz, con poco aire y espacio, de puro hormigón. A este tiempo se
refieren las cartas.
5) El padre, fundador y cabeza de la
Familia. El término “cabeza” no debe entenderse unívocamente, en el sentido
metafísico-paulino (que debe referirse únicamente a Cristo, Cabeza de la
Iglesia (sino en un sentido analógico, en cuanto él es el fundador, generador y
principio de unidad y autoridad de Schoenstatt. Así se habla también del “Padre
de la Familia” en un orden natural.
6) María Gebets und Opfergemeinschaft
– Comunidad mariana de oración y de sacrificio, denominación de Schoenstatt
durante el tiempo del nazismo.
7) La indicación de muchos otros “P.
K.” fue conscientemente falsa para no enfocar el interés de la Gestapo en la
persona del padre Kentenich.
8) Cf. Lc 2,49.
9) Cf. Jn 15,13.
10) Cf. Hch 9,16.
11)
Mt 2,7.
Qué buen texto!! Un material precioso del PK... Gracias Paco!!!!!
ResponderEliminarGracias Paco...no sólo los regalo el SH sino también la experiencia de libertad en el encerramiento.Genio nuestro Padre JK.
ResponderEliminarMuy propicio para estos "tiempos nuevos" que nos toca vivir!
ResponderEliminarQuerido Paco, muchísimas gracias por compartir las cartas del Padre en su paso por el Carmelo! Tienes razón, las comparaciones por las circunstancias, pueden parecer odiosas, pero a la vez, traen a nosotros la oportunidad de reflexionar sobre lo que movía el corazón del Padre en esas mismas circunstancias.
ResponderEliminarSu carta evidencia su lucida inteligencia, para transmitir el mensaje que el quiere a cada uno de los diferentes receptores que la leerian (gestapo, Hermanas de Maria, Padres).
En nuestro tiempo de confinamiento, me quedo y medito las preguntas que les plantea a las Hermanas:¿Por que me buscáis? y Nadie tiene mayor amor que aquel que da la vida por los que ama.
Te abrazo desde el fin del mundo! Besos y abrazos también para nuestra querida Anneliese.