viernes, 8 de noviembre de 2019

Caminando con Dios a la luz del Espíritu


(Nota previa: hoy me limito a transcribir el "índice-resumen" de la charla de este lunes, 21 de Mayo de 1956)
  
Ya hace tiempo que nos ocupamos con la pregunta de cómo podemos caminar a lo largo del día con Dios y de la mano de la santísima Virgen. En pláticas anteriores nos hemos preguntado sobre todo por nuestra actividad propia y por el actuar de Dios. Ambas cosas son necesarias si queremos caminar con Dios a lo largo del día. Resumimos y completamos:

— Primero: ¿Qué tenemos que hacer nosotros?

● Contemplar bien a menudo a Dios en la fe
● A Dios en sí mismo, es decir en el sagrario, en el alma del hombre en gracia, en todas las cosas
● A Dios en sus efectos, es decir, en sus conducciones y disposiciones
● Hablar con Dios
De forma original, genuina y viva
Pedir, adorar, dar gracias

— Digresión: Tenemos que aprender a dar gracias

● El hombre actual ha desaprendido a dar gracias
● A menudo los animales son más agradecidos que los hombres
● Motivos por los cuales hoy en día ya no hay gratitud en la vida pública
Primero: Vivimos en un tiempo mecanizado, en el que ya no hay más relaciones humanas porque muchas personas han llegado a ser como una pieza de una máquina
Segundo: Vivimos en un tiempo "oficializado", en el que todo está orientado sólo hacia el derecho y el deber

● Si detrás de todas las cosas, de los hombres y de los acontecimientos viéramos a Dios, la vida actual recuperaría más calidez y gratitud
Nuestro primer agradecimiento corresponde a Dios
También corresponde agradecer a los hombres a través de los cuales Dios realiza sus acciones de amor para con nosotros
No hay nada por lo que no debamos dar las gracias
También por el dolor queremos dar gracias

— Segundo: ¿Cómo podemos recibir de Dios la gracia de verlo y de hablar con él en todas partes?

Pedimos a la santísima Virgen que implore para nosotros el Espíritu Santo con sus siete dones. El Espíritu Santo produce a través de sus dones la transformación espiritual del hombre.

Los dones son fuerzas motrices sobrenaturales
▪ En el ámbito natural distinguimos entre inclinaciones, pasiones e instintos
▪ Del mismo modo hay también inclinaciones, pasiones e instintos sobrenaturales
▪ Las fuerzas motrices sobrenaturales hacen posible lo que la naturaleza por sí misma no logra, por ejemplo, el anhelo de la cruz y del sufrimiento
▪ Las pasiones y los instintos negativos sólo pueden ser vencidos si se les oponen fuerzas motrices sobrenaturales
▪ No sólo los religiosos sino también nosotros estamos llamados a esta santidad que nos regalan los dones del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu son como las velas de un barco
▪ En un bote tenemos que remar nosotros mismos, y de ese modo avanzamos un poco
▪ Cuando el Espíritu Santo iza las velas y envía hacia ellas su soplo, podemos avanzar mucho más rápido, incluso en caso de tormenta

Los dones del Espíritu Santo son como una esponja llena de agua
▪ Con una esponja puede lavarse mucho más fácil que con una piedra
▪ En la Sagrada Escritura se compara al Espíritu Santo con torrentes de agua viva


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