Es interesante constatar cómo el Padre Kentenich destaca
una y otra vez en sus charlas y pláticas a los matrimonios de Milwaukee la
importancia de la alianza de amor con la santísima Virgen y todo lo que ello
significa. En la plática del 18 de julio de 1956 lo hace de nuevo comparando el
día de la alianza y el día de su renovación mensual con los días de fiesta más
señalados en el calendario litúrgico. Dice así:
“Hay días en nuestra vida
que están revestidos de una cierta solemnidad. En esos días ven nuestros ojos
con mayor claridad y nuestro corazón palpita con más anhelo; nos sentimos inundados
por una gran expectativa. Son días que suponen un hito en nuestras vidas.
Pensemos, por ejemplo, cuando escuchamos las campanas de la Noche Buena o las
campanas del Domingo de Resurrección.
El día 18 de cada mes es un
día semejante a éstos. El 18 es para nosotros el día de la alianza, o sea, el
día en que nosotros hemos sellado una alianza de amor con nuestra Madre y Reina
de Schoenstatt. Porque no es que hayamos sellado una vez la alianza de amor, es
que el día 18 de cada mes la renovamos de nuevo. Sabemos entonces lo que quiere
decir la expresión “día de alianza”. Este día y lo que en él celebramos
significa para nosotros un intercambio perfecto de corazones, un intercambio
perfecto de bienes y un intercambio perfecto de intereses.”
Se lo explica a sus oyentes subrayando que en este día la
santísima Virgen nos ofrece su corazón y nosotros le ofrecemos el nuestro. Ella
nos regala todos los bienes que a Ella le pertenecen, y nosotros le ofrecemos
todo lo que somos y tenemos. Y finalmente significa, que los intereses de Ella
deben llegar a ser los nuestros y que nuestros intereses son los suyos. En esto
consiste la alianza de amor con María, esta es su grandeza e importancia.
Siguiendo la línea de los últimos meses recuerda a continuación
que al sellar su alianza de amor ofrecieron una rosa como símbolo y señal del
intercambio. Después de haber explicado en los meses anteriores las diferentes
partes de la rosa como pequeños profetas o anunciadores del mensaje de la
alianza, hoy se detendrá en explicar el ‘agua o aceite de rosas’ y su
aplicación pedagógica para la vida de los matrimonios.
De la rosa se extrae un aceite que posee un poder
curativo para las personas. De María, la “rosa mística”, de la alianza de amor
con Ella, esperamos un poder sanador importante y especial. Ella es la madre de
Cristo y la hija predilecta del Padre, por su intercesión podemos esperar toda
clase de bienes y bendiciones. Ella es la medianera de todas las gracias. Su
acción es por tanto ‘curativa’ para nosotros.
El Padre Kentenich se pregunta al respecto: “Qué
espera la santísima Virgen hoy de nosotros a través de la rosa? Un crecimiento de
nuestra confianza hasta el más alto grado.” Esto significa que en este día
de alianza imploramos y esperamos un crecimiento de nuestra confianza en el
poder y en la bondad de María, nuestra aliada, y en la eficacia de la alianza
de amor. Y por otra parte significa que nos esforzaremos por hacernos dignos de
la confianza de Ella en nosotros. La frase conocida “Nada sin ti, nada sin
nosotros” nos ayuda a crecer en esta dimensión de la confianza. El Padre
Kentenich explica:
“Tengo razón si interpreto
al respecto las palabras “nada sin ti” de esta forma: todo
puedo conseguirlo a través tuya, todo a través de tu poder curativo, de tu
poder santificante. ¡Todo, incluso lo más difícil!
Y ahora pienso en familiares
o conocidos que viven en pecado mortal, que no quieren convertirse. O pienso
también en mis hijos que están sometidos aquí y allá a grandes dificultades. O
pienso también en las preocupaciones o miserias que personalmente me
afligen. Se trata pues siempre de lo
mismo: todo lo puedo conseguir a través de Ella. ¡Mater perfectam habebit
curam!
Vean ustedes: esta es la
gran verdad que nosotros queremos interiorizar especialmente en este mes. Por
nuestra alianza de amor disponemos de derechos de amor ante la santísima
Virgen.”
Termina su plática recordando el evangelio de Juan, el
pasaje en donde Cristo dice a los suyos que todo lo que pidan al Padre en su
nombre les será concedido (Jn 15,16; 16,23), asegurando
a continuación que esto es lo que hoy escuchamos nosotros de la boca de la
santísima Virgen en el día de la alianza: todo lo que pidáis al Padre en mi
nombre, también lo recibiréis. Por eso nuestra confianza en Ella debe crecer al
máximo, hasta la eternidad.
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Para leer o escuchar la
plática mencionada haz 'clic' en el siguiente "Enlace":
(disponible en español sólo la sinopsis dado que sólo se
ha editado el texto alemán)
La alianza de amor como alianza de mutua confianza
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