La auténtica
grandeza de María: su "sí" a los planes de Dios
Ustedes
pueden redescubrir toda la grandeza de la Virgen, la raíz, el significado, la
condición de esa grandeza, simple y llanamente en estas palabras: ita, Pater
(sí, Padre). Cada segundo de su vida fue únicamente un "Sí, Padre"…
De eso se trata: del ita, Pater, de decir sí a los deseos del Padre.
Texto tomado de: "Ansprache an die Marienschwestern",
1950.
María en la
anunciación
En este
sentido, tienen un ejemplo preclaro en la escena de la anunciación. La
santísima Virgen estaba atenta. También nosotros queremos tomar nuestra vida
como una cadena ininterrumpida de escenas de anunciación. No es que en cada
ocasión tenga que tocarnos un ángel y hablarnos. ¡El ángel del Señor anunció a
María! El "ángel del Señor" bien puede ser mi enemigo, mi amigo, el
dictador. Y noten que la santísima Virgen, una vez recibido el mensaje,
comienza a reflexionar. ¡Si pudiéramos nosotros también reflexionar!
«Reflexionó qué podía significar este saludo».
Hoy día
hemos usado la expresión: sacramentalidad del momento. Ustedes saben lo
que significa. Dios quiere decirme algo en cada suceso y en cada segundo. Y me
hace notar que, con cada mensaje, me regala la gracia correspondiente para
aceptarlo y realizarlo de acuerdo a su voluntad. Pensemos en la otra expresión:
comunión con la voluntad divina. Una expresión bellísima: comulgo en
cada momento con la voluntad divina. Y ¿de qué manera se me manifiesta la
voluntad divina? Dios mismo me lo dice a través de las circunstancias. Debemos
madurar en tal grado que, con el tiempo, lleguemos a ser pequeños artistas,
pequeños maestros en el arte de interpretar y aplicar la voluntad de Dios a
nuestra vida.
Un maestro
de la interpretación leerá la voluntad de Dios en todas las circunstancias, y
un maestro de la vida la realizará en toda ocasión. El hombre providencialista
es el hombre de visión amplia y profunda. Y tengan en cuenta que tendremos esta
visión en amplitud y en profundidad sólo si el Espíritu Santo desarrolla la fe
en nosotros, a través de sus dones, hasta su plena madurez.
(Texto tomado de: "Exerzitien für die Bundesschwestern",
1950. Ver „Dios
presente“ – Recopilación de textos sobre la Divina Providencia, Editorial Nueva
Patris, Santiago/Chile, 2007, Págs. 207 y ss.)
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