El
magníficat en labios de María
El segundo
rasgo de la imagen: María con el magníficat en los labios (Lc 1,39-56).
Nuevamente, el tema es su relación fundamental con el Dios eterno, infinito,
con el plan de Dios para el mundo. ¿Qué dice el magníficat? Es una
confesión, una profesión de fe jubilosa en los caminos de conducción de la
infinita sabiduría de Dios. El Dios eterno, infinito, tiene las riendas del
acontecer mundial en las manos; él está tras todo. El magníficat no ve
sólo el simple sentido de cada suceso en particular, en forma inmediata. El
espíritu de fe mira más a lo profundo; ve, detrás de todo, el poder conductor,
la sabiduría conductora, el amor conductor del Amor Eterno. El magníficat
trae a la memoria las grandes leyes de gobierno del mundo. Esto ya lo
aprendimos en el catecismo: "Dios gobierna el mundo". Y ¿qué nos dice
la ley de gobierno? La santísima Virgen estudia esta ley en su propia vida y la
aplica al conjunto del acontecer mundial y a su propio pueblo. «El Poderoso ha
hecho obras grandes en mí»; «su nombre es Santo»; «ha mirado la pequeñez de su
esclava». Ésa es la gran ley de gobierno del mundo; una ley que ella aplica
después a la totalidad del acontecer mundial. "Enaltece a los
humildes"; "a los ricos los despide vacíos"; "derriba del
trono a los poderosos". ¡Curiosa ley de gobierno del mundo! Y luego ella
recalca cómo la sabiduría de Dios también aplicó esta ley a su propio pueblo.
Podemos
reducir el contenido del magníficat a la sencilla ley, a la sencilla
frase: Tú eres quien siempre hace las obras más grandes por medio de los más
pequeños. Esta es la imagen de la santísima Virgen. Ella señala con toda
intensidad hacia otro mundo. Nos revela el poder conductor, la fuerza
conductora, la ley conductora de la infinita sabiduría en lo que se refiere al
acontecer mundial, a cada pequeña vida particular o a la historia de las
comunidades.
(Texto tomado de: "Aus dem Glauben Leben", t. 16. Ver „Dios presente“ – Recopilación de
textos sobre la Divina Providencia, Editorial Nueva Patris, Santiago/Chile,
2007, Págs. 209 y ss.)
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