(El día 27 de Octubre
de este año se cumplirán los 100 años de la fecha en que el Padre Kentenich diera su primera conferencia a los alumnos que le habían sido confiados como Director Espiritual. La importancia de esta charla ha trascendido las décadas y ha pasado a ser en el Movimiento de Schoenstatt lo que conocemos como Acta de Prefundación, y como tal, la base del camino que los miembros de la Familia de Schoenstatt recorren en su vida espiritual.
Por este motivo publicaremos en este BLOG tanto la "Introducción" a la conferencia (en esta semana) como el texto completo de la misma (la semana que viene), tal como lo publica el libro de los "Documentos de Schoenstatt".)
Introducción
En 1911 el Padre Kentenich fue nombrado profesor de
latín y alemán en el Seminario Menor de los padres palotinos en
Ehrenbreitstein, un villorrio a orillas del Rin, frente a Coblenza, a pocos
kilómetros de distancia de Schoenstatt. Comenzó sus clases con una frase que
permaneció grabada en la mente de sus alumnos:
“Ahora queremos trabajar juntos. Les voy a exigir mucho, pero también
ustedes pueden exigir de mí el máximo. Así vamos a hacernos buenos amigos este
año”.
Esta frase es símbolo de una actitud y también de un
método nuevo en la educación. En aquel entonces reinaba la distancia entre
profesor y alumno, el aprendizaje era estático y de memorización. El modo de
hacer las clases del padre fue, en cambio, dinámico. Las materias de suyo no
eran las más amenas, pero lograron captar a los alumnos, pues había diálogo y
participación activa.
En Septiembre de 1912 se trasladaron los cursos
superiores de humanidades de Ehrenbreitstein a Schoenstatt, donde hasta el
presente sólo estaban los cursos inferiores. Este suceso trajo una pequeña
revolución. En Ehrenbreitstein había más libertad en la disciplina y el lugar
era más amplio, casi romántico, pues la casa tenía apariencia de castillo y
miraba al Rin. Con el traslado se impuso una disciplina más rígida. La nueva
casa no tenía ningún encanto para ellos, era un edificio donde no se sentían a
sus anchas. Todo esto produjo una ruptura en las relaciones de confianza entre
profesores y alumnos.
En estas circunstancias se creó el puesto de director
espiritual para los jóvenes. El padre provincial, Kolb, pensó en el Padre
Kentenich, pero no se decidió a nombrarlo por no quitarlo de su puesto como
profesor donde desarrollaba una valiosa labor. El Padre Kolb nombró
sucesivamente a dos padres pero ambos debieron abandonar sus puestos a causa de
enfermedad. De este modo la divina Providencia hizo que se pensara nuevamente
en el Padre Kentenich, quien fue designado en Octubre del año 1912
definitivamente para el cargo. Así el Padre, al llegar a Schoenstatt, asume su
nueva tarea.
Con este hecho se inicia propiamente la etapa en que
Dios va a colocar al Padre Kentenich en el camino directo hacia la fundación
del Movimiento.
El domingo 27 de Octubre de 1912 el nuevo director
espiritual dio su primera conferencia a los alumnos. A la luz del desarrollo
posterior se ha visto esta plática como el primer esbozo y anuncio de lo que
luego tomará forma plena en Schoenstatt, por eso se le ha llamado Acta de
Prefundación. El mismo Padre Kentenich la tituló "Programa".
(Texto tomado del libro "Documentos de Schoenstatt", publicado en Santiago de Chile el 31 de diciembre de 1970
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