viernes, 14 de febrero de 2025

ESCRIBIR LA "NOVELA DE LA PROPIA VIDA"

Integración de la personalidad. ¿Qué significa «novela de la propia vida»? Es una […] expresión [cuyo uso] se ha generalizado. Se ha desarrollado con el tiempo […]. [Se trata de] considerar de nuevo la vida entera. […] [La práctica] partió […] de esta reflexión: el hombre actual, tal como es, lleva en su interior un sinnúmero de impresiones en parte en el consciente, en parte en el subconsciente que no han sido elaboradas. De ahí la idea: tenemos que luchar siempre por una integración de la personalidad. De modo que aquí se trata más fuertemente de la personalidad, de su desarrollo. Integración hacia abajo: tenemos que estar aclarados y purificados hasta en el subconsciente. Integración hacia arriba: poco a poco, atravesando todos los grados, hasta la relación con el Padre, hasta estar poseídos por el Padre. Ahí tienen de nuevo todo el universalismo de una educación que cale hasta lo más hondo. Así pues, aquí se trataba más de la integración hacia abajo. El presupuesto era [la presencia de] un sinnúmero de impresiones que no han sido elaboradas. Y, en general, hemos de decir sobre la base de lo que nos ha elaborado la psicología moderna, si es que de todos modos no lo conocemos ya a partir de la vía práctica: [tenemos un sinnúmero de impresiones que no han sido elaboradas]. Y eso es así también en nuestro caso. []

Regustar de nuevo la vida entera. ¿Y cómo se realiza esta «novela de la propia vida», esta historia de la propia vida? […] [Traer] nuevamente para arriba la vida entera desde la infancia. […] No debe ser como es según el consejo de san Ignacio, siempre y solamente como se le dio forma más tarde una confesión de la propia vida. Yo siempre he dicho que no se trata de una confesión de la propia vida. Si se tratara de una confesión de la propia vida, entonces toda la vida del alma está ya sesgada y se introduce en ella un cierto agobio. Se trata simplemente de regustar de nuevo la vida entera.

Nadar en el mar de la misericordia de Dios. Así surgieron más tarde las formulaciones. «Nadar». ¿Nadar dónde? En el mar de la misericordia pero también en el mar de la [propia] miseria en el mar de la misericordia de Dios partiendo desde la infancia. Ante todo y primariamente, tengo que orientar el trabajo a examinar cómo Dios se ha mostrado frente a nosotros como Padre: o sea, lo bueno que nos ha regalado, las buenas disposiciones que estaban vivas en nosotros. Por supuesto, después viene por sí solo el que también los errores de nuestra vida, nuestras miserias, suban de nuevo hacia arriba. Después, en la mayoría de los casos leí [la novela de la vida] en presencia de cada uno lo que, naturalmente, llevó muchísimo tiempo y le di respuesta. Después de haberla leído estaba el camino despejado para un desarrollo más profundo, más tranquilo. Y si ustedes mismos tienen un poco de sentido para las cuestiones psicológicas, podrán imaginarse qué enorme distensión daba ese hecho por lo común. En efecto, cuántas cosas [] están alojadas en alguna parte [y] trabajan; no se sabe de dónde viene esta o aquella inquietud. No quiero hablar más al respecto. Tampoco quiero decir, por supuesto, que ustedes debieran imitarlo. Solamente quiero señalar en qué dirección podríamos perseguir, profundizar y realizar la integración de nuestra personalidad.

J. Kentenich, 04.02.1963, a Padres de Schoenstatt, fuente privada

  

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