Dones de la gracia: Concebida sin pecado
Así como entonces Eva
nació sin pecado original,
libre de las angustias del pecado,
así tú también,
desde el comienzo de tu vida,
estuviste libre de culpa,
en virtud de la misericordia
del Padre Eterno.
Ya en el primer momento,
en tu concepción,
estuviste sostenida
por el soplo de la gracia:
la PALABRA
te hizo suya, se unió a ti
como Divino Esposo.
Te eligió como Colaboradora
y por eso te formó
según su propia imagen.
te hizo participar
del esplendor de su pureza,
regalándote la corona maravillosa
de Inmaculada.
En tu imagen contemplo
los bienes que Dios ama hondamente,
y se suscita en mí el anhelo
del esplendor de la pureza inmaculada,
en medio de la ruina actual de valores,
que semeja una danza demoníaca.
Que diariamente me sumerja
en la contemplación de esa imagen
y le ofrende todo mi amor.
Que por esa imagen
eche raíces en el mundo de Dios,
en el cual me planta la fe luminosa.
P. Kentenich, del “Espejo del pastor”, Sión 1977
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