viernes, 19 de febrero de 2021

Hacia la casa paterna va el camino

El Padre Kentenich escribe en 1964 desde Milwaukee un tratado o estudio sobre la importancia de un ‘movimiento orgánico del padre’ a la sombra de los esfuerzos de reforma del Concilio, titulado “Hacia la casa paterna va nuestro camino”. Trata principalmente sobre el principio paternal vivido por él junto a las comunidades femeninas de Schoenstatt, especialmente las Hermanas de María, y las dificultades surgidas en la visitación por parte de la autoridad eclesiástica en los años anteriores al exilio del Fundador. En la introducción del Estudio leemos a quién va dirigido el mismo: a las personas que vivieron con él la experiencia del vínculo paterno filial y también para otros grupos estudiosos del tema, incluyendo a los que dudan del principio paterno. Al respecto escribe lo siguiente:

“Otros lectores pueden sospechar del principio paterno desde el principio, porque es nuevo en esta forma particular, y todo lo que se percibe como nuevo lleva el sello de la duda en su frente. Esto es tanto más cierto en este caso, cuanto que se trata de un área delicada: el cambio oficial en la teoría y en la práctica de la relación básica entre el sacerdote como pater familias y la mujer como filia familias, y todo lo que concierne a la flexibilización de la relación entre los sexos tiende a ser considerado como sospechoso. La visión objetiva de nuestro taller educativo y el examen de los modelos experimentados deberían ser adecuados para eliminar los prejuicios injustificados y preparar el terreno para una forma imparcial de pensar, juzgar y vivir por el bien de las comunidades religiosas femeninas”.

Ya en los primeros capítulos del Estudio el P. Kentenich aclara el fundamento, la base sobre la que se construye la relación especial paterno filial en la comunidad religiosa. Dice así:

“La estructura esencial de la relación paterno filial consiste en una unión original de amor, o en una comunión original de corazones, o en un intercambio original de corazones entre las dos personas que se aman.

Quien desee penetrar más profundamente en el proceso vital aquí descrito, necesita obtener una mayor claridad sobre la naturaleza del amor del que aquí se habla. Se le denomina unión original de amor o comunión original de corazones o intercambio original de corazones.

Hay dos cuestiones que merecen un análisis más detallado. Son las siguientes: ¿Qué es esta unión de amor en general, y qué originalidad le es propia en virtud de la relación hija-padre? La respuesta en el primer caso: es idéntico a todo amor noble y puro. En el segundo caso: es un amor netamente filial”.

Le sigue una pequeña reflexión sobre la ‘Ambigüedad del término amor’ repasando sucintamente algunas de sus formas o expresiones: sexual, erótico, poético y bíblico.

“Es bien sabido que la palabra amor tiene un significado múltiple. Esto es especialmente cierto cuando, como en nuestro caso, se trata de parejas de diferentes sexos, incluyendo la relación entre sacerdotes y mujeres.

Una mirada a la vida y a la literatura muestra de forma convincente lo confusa, lo caprichosamente ambigua y lo peligrosamente polifacética que es la palabra, y la forma tan contradictoria con que se siente, se usa y se interpreta.

Debe haber sido en 1933/34. En aquel momento, en unas jornadas para sacerdotes muy concurridas, traté con detalle la visión de San Francisco de Sales sobre la ley fundamental del amor. Un participante, un anciano decano, me agradeció después especialmente el misterioso mundo del amor que se le había abierto de nuevo. Y añadió algo que es significativo:

"No se puede hablar del amor de esa manera en el púlpito. El público equipararía sistemáticamente el amor con el apetito y experiencias sexuales, y cualquier cosa que se dijera al respecto se percibiría como mínimo de forma ambigua".

Esto ya ocurría hace unos 30 años. Hoy en día, es probable que la misma actitud sea mucho más común en muchos círculos que lo fue entonces.

………………….

(Bíblico)

Lo que los poetas decían y cantaban sobre el amor puro y noble queda muy lejos del elevado canto de amor a Dios y al prójimo que Pablo describe en 1 Corintios, capítulo 13. Es una paráfrasis de la palabra bíblica "Dios es amor". “El que permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios en él" (1 Juan 4,16). Por ello, Wöhrmöller habla de un gran ciclo divino de amor:

"El amor desciende de Dios a nosotros, el amor va de nosotros a nuestros semejantes, y el amor asciende de nuevo de todas estas personas a Dios".

El P. Kentenich termina este capítulo dando una respuesta a la pegunta planteada, la naturaleza del amor en la relación padre-hijo/padre-hija. Es un alto grado de amor a Dios y al prójimo como corresponde al amor familiar.

“Con estos antecedentes, no es difícil responder a la pregunta de cómo es el amor que corresponde a la relación paterno filial a la que nos referimos. Es - en términos generales - ante todo un alto grado de amor genuino, noble, santo y puro a Dios y al prójimo.

Es el mismo amor que mantiene unida mediante un vínculo inquebrantable no sólo a la familia natural cristiana, sino también - y en mayor medida - a una familia netamente religiosa.

No en vano, todas las comunidades de élite de Schoenstatt tienen un marcado carácter familiar. Por tanto, este vínculo de amor debe darse también en ellos”. 

4 comentarios:

  1. Muito obrigada, o amor como lei fundamental do mundo, da minha vida! Que possamos viver este vínculo inquebrantável em nossas relações!

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  2. Gracias Paco! Mi pregunta es cómo se educa para que el pater familias tenga ese amor noble y puro. En qué medida un ser humano puede ser tan transparente de Dios en las comunidades que tienen dependencia del principio paterno filial. Sobre todo en las comunidades de mujeres célibes. Porque en las comunidades matrimoniales, se da naturalmente el espíritu de familia. Pero en las comunidades célibes, no. Hay que trabajarlo conscientemente.

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  3. Muchas gracias, Sr. Nuño! Por favor, podria informar como podemos obtener en español este “Hacia la casa paterna va nuestro camino”??

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  4. Este texto, como tantos otros del Fundador de Schoenstatt, aún no está traducido al español.

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