Para empezar, puede ser que, a primera vista, no
entendamos bien el consejo que nos da, o nos cueste aceptarlo. Comienza por
invitarnos a llevar la cruz, a que conscientemente abracemos las cruces que la
Divina Providencia permite en nuestras vidas. Decía así:
“En ese campo de esclavitud ¿qué no debemos hacer? ¿Hemos de dejar que las
cosas sigan su curso a su antojo? No; descubramos en ellas una cruz y llevemos
esa cruz. Vale decir, tratemos de abrazarlas, de considerarlas una cruz y aceptarlas
como una cruz.
Les doy un ejemplo práctico: luchar contra la esclavitud de la moda. Vale
decir, procuremos no tener siempre lo más nuevo de lo nuevo. No me compraré lo
más moderno sólo porque un amigo ya lo tenga. Nadaré contra la corriente. No
acepten todo lo que hoy se ofrece. Ciertamente hay que adaptarse, pero no decir
enseguida "sí" a todo. Tengan cuidado de no ser víctimas de todas las
ofertas. Sean críticos. Así lucharemos contra el modernismo.”
También nos recuerda que cuando alguien cae enfermo,
suele ir al médico para conocer el diagnóstico sobre su enfermedad. Tengo a
veces la sensación de que vivimos con tal rapidez, con tantas exigencias y
tantas prisas, que no tenemos tiempo para recapacitar sobre la vida que
llevamos. Vivimos, pero “no sabemos ni
quienes somos ni dónde estamos” alerta el Padre Kentenich sobre nuestro
estilo de vida. A este respecto, en la tarde del 5 de marzo de 1956 el padre
llamaba la atención a los matrimonios de que actualmente vivimos en una “pobreza
moderna”. Una nueva forma de pobreza, según la cual vivimos sin libertad
personal, esclavos del mundo que nos rodea, pobres de amor personal, de amor
cálido entre las personas, sin la vivencia del padre, sin la relación íntima
con Dios. La definía así:
“¿Qué es "pobreza moderna"? La pobreza que padecemos todos. No es
pobreza de dinero, sino de libertad personal. Falta de libertad significa que
no podemos hacer lo que queremos. Por ejemplo, tenemos que seguir la moda, etc.
Eso no sólo es falta de libertad en general, sino también falta de libertad
personal. Esforcémonos por subsanar esa falencia.”
Una vez conocida la enfermedad debemos aplicar el
remedio para mejorar. Personalmente, considero que el mensaje central de la
charla que hoy comentamos está en la propuesta siguiente:
“En una época de esclavización, construyamos un reino ideal de libertad. ¿A
qué nos referimos con "un reino ideal"? A nuestra familia; en ella
tenemos que superar esa esclavitud. ….. ¿Cómo lograrlo? Léanlo en el
"Hacia el Padre" (Libro de oraciones de Schoenstatt). Mientras estuve
en Dachau (en 1943), cuando parecía que Hitler y los nazis conquistarían el
mundo, escribí el "Cántico del terruño" ( Enlace para visualizar texto completo.) Cada estrofa comienza con las
palabras: "¿Conoces aquella tierra…?" Un reino de amor, de pureza, de
libertad, de alegría, de verdad y de justicia, de ánimo para la batalla y de
certeza de la victoria. Transformemos también a nuestra familia en un reino de
amor, pureza, libertad, alegría y todo lo demás.”
Deduzco que la tarea está en nuestras manos, en mis
manos; esforzarme personalmente y en el día a día para que en nuestra familia
reinen esos valores, valores que el mundo de hoy no valora convenientemente. Son
ocho: reino de amor, de pureza, de libertad, de alegría, de verdad, de
justicia, de ánimo para la batalla y de certeza en la victoria. Es tarea para
toda una vida, pero conviene no dejarlo para mañana. Mi tarea será elegir entre
los ocho valores – son seis estrofas - un valor concreto y comenzar hoy.
El mismo Padre Kentenich termina su plática esa tarde
avisando de que “la corriente de vida
tiene que surgir desde adentro. No puede ser dictada desde afuera porque, en
ese caso, no duraría mucho.”
Para construir ese reino ideal en nuestra familia
deberemos esforzarnos por ser personas firmes, fieles a nuestra conciencia, una
conciencia formada y conformada en la verdad, aceptando con amor las espinas
que Dios nos envía y nadando contra la corriente. Todo esto será posible si tenemos
una fe heroica y una profunda confianza en Dios y nos abandonamos en manos de
la Santísima Virgen, nuestra madre y reina del cielo. Ella desea que seamos sus
instrumentos para la renovación del mundo.
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Para leer o escuchar la charla completa haz 'clic' en el siguiente "Enlace":
Charla del 5 de marzo de 1956 - Nuestra respuesta al tiempo en que vivimos
(Lunes por la tarde, Tomo 1, Editorial Schoenstatt)
Charla del 5 de marzo de 1956 - Nuestra respuesta al tiempo en que vivimos
(Lunes por la tarde, Tomo 1, Editorial Schoenstatt)
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