La alianza de amor con María como mensaje de
Schoenstatt
El espíritu
de las actas de fundación es siempre el mismo: una alianza de amor perfecta de
la Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt con la Familia de
Schoenstatt, una alianza de amor perfecta, que recibe su impronta original, por
la perfecta fe en la Providencia divina y se expresa en una perfecta conciencia
de misión. ¡Tres expresiones importantes!
Una alianza
de amor perfecta. Tengan la bondad de constatar ustedes mismos qué clásica es
la expresión que se da a esto mismo en la última parte de la primera Acta de
Fundación: "No os preocupéis por la realización de vuestro deseo. Ego
diligentes me diligo." Ámenme, y yo haré lo que ustedes me exigen.
Lean los textos y deténganse a meditarlos. ¡Háganlo, por favor! ¡Una alianza de
amor perfecta! Y si observan con más exactitud, la tercera Acta de Fundación lo
dice en forma explícita: "Ego (perfecte) diligentes (me) perfecte
(diligo)". Todo esto ya está contenido, en cuanto a su sentido, en la
primera Acta de Fundación. Pues, donde se ha de dar prueba del amor, se trata
de luchar por alcanzar un amor perfecto. De acuerdo a ello, queremos y debemos
intensificar al máximo nuestro amor. Y, entonces, es evidente que la santísima
Virgen nos retribuirá con amor perfecto.
Una alianza
de amor perfecta en cuanto a la profundidad: éste es el espíritu de las
actas de fundación.
Pero se
trata también de una alianza de amor perfecta en cuanto a la altura, a la
amplitud y a la longitud. Lo que se fundó aquí se hizo realidad con el
correr de los años. La alianza de amor con la santísima Virgen se tomó más y
más en una alianza con el Señor, con Dios Padre, con el Espíritu Santo, con la
Trinidad. Estoy mostrando aquí perspectivas de conjunto misteriosas y de
maravillosa profundidad, que sólo son visibles para aquel que penetre con su
mirada en el gran organismo del orden de la gracia. También a través del acto
que ustedes realizaron en octubre —la colocación del símbolo del Espíritu
Santo— la santísima Virgen selló su alianza de amor perfecta. Ella introdujo a
la Familia en la correspondiente alianza de amor esponsal con el Señor, (en la
alianza de amor) con el Padre y con el Espíritu Santo. (…)
¡Con cuánto
gusto se habla actualmente del mensaje de Fátima! ¿No tiene acaso también
Schoenstatt un mensaje? ¿En qué consiste ese mensaje? En introducir nuevamente
el mundo en esa profunda alianza con la santísima Virgen, a fin de que la
alianza con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo llegue a ser
inamisible, profunda, indestructible, y lo sea en forma permanente. He aquí ese
gran mundo ante nosotros. En efecto, no solamente luchamos por una nueva imagen
de sociedad, sino también por una nueva imagen del mundo. La falta de alma y de
sentido que hay en el mundo se supera en la medida en que nosotros estemos
traspasados de la convicción de que Dios ha sellado una alianza con sus
criaturas.
¡Es tan
hermoso todo lo que se sabe por la teología dogmática acerca de los atributos
de Dios! Pero eso sólo seduce cuando se ve detrás de ello al Dios del amor, al
Dios de la sabiduría. Sería atrayente, pero ahora debemos renunciar a
adentrarnos en una profundización de estos pensamientos a partir del pulso del
tiempo actual. ¡Alianza de amor de Dios! Nuestra tarea consiste ahora en
despertar en el mundo la conciencia de esa alianza de amor.
Y lo hacemos
poniendo al mundo nuevamente en relación con la alianza de amor con la
santísima Virgen. Éste es el gran mensaje de Schoenstatt.
(Texto tomado de: "Jornada de Delegados de la Familia de Schoenstatt" 14 al 18 de octubre de 1946.- Publicado en “Mit Maria ins neue Jahrtausend” , Schoenstatt-Verlag 2000 – Ver „La actualidad de María“)
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