miércoles, 15 de agosto de 2012

¡Ser una Nueva Sión!



¿Qué es la ciudad santa, la Nueva Sión? Somos nosotros mismos, como miembros de la Iglesia, que tenemos que representar la Nueva Sión.

¿Qué anhelamos? ¡Ser una ciudad del Señor! ¿Qué quiere decir una ciudad del Señor? Una ciudad construida por Dios, en la cual reina Dios, una ciudad que permanentemente irradia lo divino. ¡Esa ciudad es nuestro Santuario del corazón! Algo muy bello: quiero y puedo ser una ciudad santa, una Nueva Sión.

“¡Mi corazón es tu Sión!”. Tal como en Sión gobernaba al pueblo de Israel el Dios del Antiguo Testamento; tal como allí tenía su morada el Dios de la antigua Ley, así el Salvador tiene su morada en mí.

Y si digo: te doy, oh Dios, lo más íntimo de mi corazón, ¿qué estoy diciendo? Declaro entonces voluntariamente y lleno de alegría: ¡toma posesión Señor de lo más íntimo de mí, pero preocúpate de que nada en absoluto pueda separarme de Ti! Te doy lo más íntimo de mi alma en propiedad: “¡sea tu Sión, tu Betania!”.

¿A quién le da Dios la gracia de presentir este secreto poderoso? Aún nuestros ojos son demasiado ciegos, nuestros corazones demasiado obtusos para comprender todo esto y reconocerlo. Sí, toda la abundancia de la eternidad consiste en comprender y reconocer correctamente todo esto y disfrutarlo.

(Tomado de “Mi corazón tu santuario”, Editorial Schoenstatt, Santiago de Chile)

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