miércoles, 14 de diciembre de 2011

El ideal católico del matrimonio (3)


PEDAGOGÍA MARIANA DEL MATRIMONIO

(Ver nota previa del miércoles 30 de noviembre de 2011)


Capítulo 4º

DISPOSICIÓN

-  ¿Cómo llegar a la valoración necesaria del ideal del matrimonio? Necesidad de una educación religiosa y moral integral.
- Valoración no sólo en el orden natural, sino en el orden sobrenatural: necesidad de captar, comprender, vivir y realizar el matrimonio como sacramento. Vivir una destacada intimidad con Cristo, como miembros de su Cuerpo.
- ¿Cómo propagar esta valoración?:
1. Trabajar en la explicación del ideal del matrimonio (Confesionario, parroquias, grupos, movimiento, etc.)
2. Procurar una educación mariana integral:
- la educación mariana crea la atmósfera adecuada
- la educación mariana fortalece la receptividad del alma
- la educación mariana ilustra el ideal y ayuda a ponerlo en práctica
¡Porque educación mariana supone y trae consigo una vinculación a María!
- Para vivir el ideal católico del matrimonio se necesita la gracia divina. ¡Quien dice María, dice gracia!


TEXTO DEL FUNDADOR

¿Cómo podemos adquirir la visión y alta valoración del matrimonio según el orden natural y la voluntad de Dios? La valoración o estimación abarca más que el mero conocimiento. Significa vibrar con entusiasmo por este ideal. El único camino que conduce a ese fin es la educación consecuente de la persona como personalidad religiosa-moral de alto valor. Sólo aquel que tenga un gran amor a Dios, se inclinará en forma humilde, entusiasta y respetuosa ante las leyes del matrimonio. Si no amo profundamente a Dios, no podré abrazar la voluntad divina expresada ya sea en los mandamientos o en el orden de la creación.

No nos engañemos: si queremos superar la crisis del matrimonio en forma efectiva, solamente lo podremos lograr a través de la educación de personalidades éticas de alto valor. En este contexto debemos tener en cuenta que la pedagogía del matrimonio deberá contemplarse siempre en el marco y en el organismo de una educación integral. Todo lo que realicemos en el plano educativo en cualquier fase de la vida, debe estar orientado a la pedagogía matrimonial. Con ello estamos considerando a la pedagogía del matrimonio como la flor escogida y perfecta de una pedagogía integral católica perfecta. Dentro de esta pedagogía matrimonial será de una importancia decisiva que consigamos una alta valoración del ideal del matrimonio. Sin esa alta valoración será imposible motivar a las personas a realizarlo, y de esta forma hacer que el orden del ser se convierta en orden de vida.

Si esta exigencia es aplicable en la consideración del matrimonio en el plano del orden natural, cuanto más lo será si vemos al matrimonio en el orden sobrenatural. Por ello, si realmente queremos conducir a los esposos y a la familia hacia las alturas de ese nivel, debemos luchar por un elevado espíritu de fe. Quien capte, comprenda, viva y realice el matrimonio como sacramento desde el punto de vista de la fe, deberá haber llegado a una destacada intimidad con Cristo; debe poseer una profunda comprensión de su realidad membral, del Cuerpo místico de Cristo. Hacia esas alturas deben acceder los matrimonios y familias, si deseamos que se produzca una verdadera renovación. Quien no tenga una profunda comprensión de la realidad sobrenatural, del mundo de la gracia, especialmente de la realidad de nuestro carácter membral, no captará en lo más mínimo el último y más profundo sentido del matrimonio cristiano. Esto vale para los esposos, especialmente para aquellos que están activos en la pedagogía matrimonial, y finalmente y también para los sacerdotes.

El matrimonio natural ha sido incorporado en todo su ser, en su estructura ontológica, al nuevo orden real sobrenatural, dado que fue elevado por Cristo a la categoría de sacramento. Es así como ha sido situado de forma peculiar en el mundo y orden de ser sobrenatural. No hay que interpretarlo como si al matrimonio se le hubiese agregado algo a su realidad del orden natural; no, se ha producido algo mucho más excelso: todo el matrimonio en su orden natural ha sido elevado en su totalidad al orden de la gracia.

¿Cómo podemos despertar y propagar la alta valoración del ideal matrimonial en nuestra sociedad?

1. El primer imperativo dice: trabaja para que haya una profunda y clara explicación del ideal católico del matrimonio. En este contexto debemos esforzarnos para formar un nuevo movimiento matrimonial católico. A propósito, los sacerdotes deberán reflexionar lo que pueden hacer al respecto en el confesionario, en sus homilías, en las reuniones de grupo o ante toda la asamblea parroquial. Será bueno también el consejo personal. En todos los casos es necesario por supuesto tener tacto, respeto y un conocimiento seguro. Sea como fuere, debemos levantar el nivel de nuestro pueblo, deben surgir de nuevo dirigentes que estén dispuestos a entregarse por el ideal católico del matrimonio y que esparzan la buena semilla de una enseñanza correcta.

2. El segundo imperativo: procura que exista una profunda educación mariana integral. El hombre mariano posee una receptividad natural para los grandes ideales del matrimonio. Educando al pueblo en forma mariana, bastará con proclamar en determinadas oportunidades las grandes verdades sobre el ideal católico del matrimonio, y las mismas se convertirán en un complejo de valores, debido a la disposición que se da a través de la educación mariana. 
En concreto podemos decir que:
- la educación mariana crea la atmósfera natural y sobrenatural necesaria para la asimilación del ideal católico del matrimonio;
- la educación mariana crea y fortalece la receptividad del alma o la receptividad subjetiva para la tarea del ideal católico del matrimonio;
 - la educación mariana constituye una enseñanza ilustrativa extraordinaria sobre el ideal católico del matrimonio, y ayuda a ponerlo en práctica de forma original.    

¿Por qué todo esto? El núcleo de la educación mariana lo constituye la vinculación mariana. La vinculación filial a la Madre de Dios no sólo satisface la necesidad humana de cobijamiento, sino que produce un doble efecto: nos lleva ideológicamente e instintivamente a una actitud mariana, o sea, a una actitud esencialmente cristiana, y proporciona aquello que es imprescindible para vivir y aspirar al ideal católico del matrimonio: la gracia divina. Pues quien dice María, dice gracia.

(Se puede ampliar información con la lectura del curso completo  “Pedagogía Mariana del Matrimonio” del Padre José Kentenich,  Editorial Schoenstatt, Santiago de Chile)
      

2 comentarios:

  1. estimado sr.francisco
    soy sacerdote schoenstattiano y me gustaria enviarle un correo con algunas preguntas personales y no encuentro direccion alguna para hacerlo, como puedo contactarme con usted?... gracias

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    1. A mi amigo el sacerdote schoenstattiano de Argentina: mis hermanos de comunidad, familia Concia de la Plata o familia Lavini de Rosario le pueden facilitar mis coordenadas (correo, etc.). Espero que a través de sus conocidos en la Familia de Schoenstatt pueda contactar con ellos o con otros miembros del Instituto de Familias de Schoenstatt, al que pertenezco. Un saludo. Francisco Nuño.

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