miércoles, 2 de noviembre de 2011

Santuario de la "Madre Tres Veces Admirable"


Texto del Padre Fundador

Los especialistas hablan de tres características que han de estar presentes para hablar de un santuario en el sentido estricto del término: afluencia de personas, oraciones escuchadas y reconocimiento de parte de la Iglesia mediante aprobación de indulgencias o mediante otra vía. En el Santuario de Schoenstatt encontramos estas tres características. El Santuario está consagrado a la Madre Tres Veces Admirable. ¿Cómo se llegó a esa consagración? Nuevamente por la ley de la puerta abierta. Esta vez por la lectura de un libro de Hattler sobre el Coloquium Marianum en Ingolstadt, que había caído en nuestras manos en los primeros meses. El libro relata sobre un grupo de elite que se formó en Ingolstadt bajo la dirección del P. Rem, consagrándose totalmente a la Santísima Virgen bajo la advocación de Madre Tres Veces Admirable. Hacia comienzos de la Modernidad, esos jóvenes trabajaron fecundamente por la renovación de Alemania del sur. Esta lectura nos llamó nuevamente la atención sobre cuánto fruto puede dar un grupo muy pequeño cuando detrás hay un plan de Dios. Nos animó a ampliar mucho el radio de la labor educadora de la Santísima Virgen desde Schoenstatt. Que la Santísima Virgen hiciera de Schoenstatt lo que por entonces fuera Ingolstadt para Alemania del Sur: fuente de renovación para Alemania y para todo el mundo. Ésa fue nuestra petición, nuestra esperanza. ………. Ingolstadt nos regaló un segundo elemento: el título de nuestra imagen de la Santísima Virgen. También esta imagen tiene, como todo, el sello de la ley de la puerta abierta. Vino “casualmente” a nuestras manos. Eso fue en mayo de 1915. La imagen no complace mucho al gusto alemán, lo cual tiene la ventaja de acercarnos al mysterium crucis. En cambio la sensibilidad latina lo acepta sin problemas, lo cual nos resultó beneficioso cuando Schoenstatt se difundió internacionalmente.

(Texto extraído de “Clave para comprender Schoenstatt”, publicado en Schoenstatt en 1974 – Ver Kentenich reader, Tomo 1, Págs. 114/115)

Comentario

La pequeña capilla de la congregación del Valle de Schoenstatt se fue convirtiendo con el transcurrir de los años en un lugar de peregrinación. Poco tiempo después de concluir la segunda guerra mundial, en el año 1947, la Iglesia reconoció oficialmente al Santuario original como lugar de peregrinación en donde los creyentes pueden ganar las indulgencias propias de estos lugares, lo que fue confirmado por el Papa Pio XII en abril del mismo año. Independientemente de las consagraciones y concesiones particulares de los diferentes Santuarios en el mundo, existe en nuestra Familia el convencimiento de que los Santuarios filiales y los Santuarios hogares de todo el mundo forman un organismo vivo con el Santuario original en Schoenstatt, siendo éste último el lugar de gracias primario y fundamental. En todos ellos podemos esperar las gracias de peregrinación originales, sobre todo aquellas del cobijamiento, de la transformación interior y de la fecundidad apostólica. Valga reseñar también que la decisión de dar a la imagen de María, regalada a los estudiantes congregantes, el título de “mater ter admirabilis” no se hizo después de una reflexión teórica o dogmática, sino que fue un ejemplo más de aquella característica de la fe práctica en la Divina Providencia que el Padre Fundador denomina “ley de la resultante creadora”: en aquellas fechas los congregantes estaban ocupados con el paralelo Ingolstadt-Schoenstatt y el título mencionado encontró un eco en su corazón. Por ello dieron el título de la Santísima Virgen de Ingolstadt al cuadro recibido.

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