miércoles, 17 de agosto de 2011

La alianza de amor y la historia de salvación


Texto del Padre Fundador

Quien a la luz de la Revelación repase los milenios de historia transcurridos, suscribirá con gusto la afirmación: “La alianza de Dios, la alianza de amor entre Dios y el pueblo, es el sentido, la forma, la fuerza y la norma fundamentales de toda la salvación, comenzando desde Adán hasta el momento cuando aparezca el Señor sobre las nubes del cielo, con gran poder y gloria, para juzgar vivos y muertos”.
El Apocalipsis describe con imágenes dramáticas el transcurso de la historia guiada por Dios. Pero también pinta vivamente su consumación, desvelando el sentido que entraña, el sentido que Dios ha puesto en ella: la plenitud de comunión de amor entre Dios y el ser humano, expuesta metafóricamente como las bodas del novio y de la novia. En el final de los tiempos ambos está ampliamente abiertos y receptivos el uno para el otro; ambos corren al encuentro con el clamor del anhelo a flor de labios: “¡Ven!” (Ap 22, 17). Se unen el uno con el otro y en el otro en una comunión de amor indisoluble: He aquí el destino último de todo el acontecer mundial y de todo destino. ……… La filosofía nos señala que la causa finalis determina la causa formalis. Con razón pues la alianza de amor, que en su plenitud representa el sentido de todo el acontecer mundial, ha de ser también forma fundamental de la historia de salvación en su totalidad y en cada una de sus partes. Vale decir que le da forma y figura de amor a cada acontecimiento: El amor lo preparó y lo envió, el amor lo enciende y profundiza, el amor posteriormente contribuirá a modelarlo y consumarlo con creatividad.

(Texto extraído de Das Lebensgeheimnis Schönstatt, parte II, “Espiritualidad de alianza”, Patris Verlag Vallendar-Schönstatt, 1972 – Ver: Kentenich reader, Tomo 2: Estudiar al Fundador, Pág. 61/62 – Amor de Dios y Alianza de amor)

Comentario

Nuestro Padre Fundador había asumido un gran desafío en los años previos al último Concilio. Con su Obra deseaba ofrecer a la Iglesia un camino para la necesaria renovación de la misma. No fue entendido, y como fruto de la Visitación Canónica que se produjo en los años cuarenta se vio obligado a marchar al destierro. Camino de Milwaukee (USA) tuvo la oportunidad de permanecer durante algunos meses en América del Sur. Allí, en 1952, escribió una larga carta al Prelado Joseph Schmitz para que fuera leída y estudiada por los círculos dirigentes del Movimiento. Su texto tiene una gran importancia para comprender la Obra de Schoenstatt. Sus reflexiones fueron de importancia para entonces, pero lo siguen siendo para el momento histórico actual de nuestro Movimiento y de la Iglesia, que busca incesantemente su lugar en el mundo de hoy. El Padre Kentenich muestra con su fundación los caminos que pueden resolver la problemática existente entre formas y espíritu, entre organización y vida. La lectura y el estudio de esta “Carta a José” sigue siendo importante para todos nosotros. A partir de este miércoles quiero destacar en estos textos algunos elementos importantes sobre los “fundamentos metafísicos de toda la Obra de Schoenstatt”, en especial sobre el tema de la “Alianza de amor”. En la carta citada encontrará el lector un texto clave sobre este tema tan fundamental para comprender y poder vivir en plenitud la espiritualidad que nos regaló el Padre Kentenich y la generación fundadora.

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