sábado, 27 de diciembre de 2025

ESPÍRITU DE CONQUISTA

Disposición de alto grado al compromiso

Como tercera cualidad de la espiritualidad de instrumento hemos mencionado una disposición de alto grado al compromiso o bien un incansable espíritu de conquista. A menudo hemos hablado del tema. Ahora lo abordaremos con mayor detalle.

La dogmática nos enseña que Dios quiere que todos los hombres se santifiquen, y Cristo murió por todos nosotros. Pero el que nos creó y redimió sin nosotros no quiere santificarnos sin nuestra colaboración. En este sentido solemos repetir en Schoenstatt: "Nada sin nosotros". El cristianismo es una religión de redención. Cristo es el redentor del mundo; pero él pide nuestra colaboración para la redención subjetiva. Necesita instrumentos que enviar, así como él fuera enviado por el Padre. "Como el Padre me envió, así yo os envío a vosotros".

De ahí que, siguiendo el ejemplo del Señor, el instrumento en las manos de Dios ha de estar dispuesto a comprometerse por el reino de Dios en él mismo y en su entorno; vale decir, dispuesto a trabajar, para gloria del Dios Trino, por una profunda unión de amor con Dios en él mismo y también en el prójimo. Como ya se expuso, la espiritualidad de instrumento recibe una impronta expresamente teocéntrica justamente en virtud de esa actitud de querer conquistar almas, de ese indeclinable esfuerzo por la gloria de Dios. Según la idea original que Dios tiene de nuestra Familia, no basta con llevar a las almas gradualmente hacia la unión de amor con él: ese amor también ha de despertarlas e impulsarlas a trabajar apostólicamente y a ganar nuevos apóstoles.

 

viernes, 19 de diciembre de 2025

VINCULACIÓN TOTAL

La espiritualidad de instrumento - Vinculación total

Nos desprendemos de toda voluntad caprichosa, de todo egocentrismo del corazón para entregarnos por completo a Dios y sus deseos, tal como éstos se nos manifiestan en el deseo y voluntad de la Iglesia y de nuestros superiores, en las instrucciones de nuestras santas constituciones y usos. Con razón no nos apegamos a una única tarea en cuanto tal, trátese de la adoración, de la educación y docencia dentro o fuera de la Familia, la pastoral parroquial o atención de las familias, confección de vestimentas sagradas, labores literarias o artísticas, trabajo en la diáspora o en las misiones. Nuestra íntima ley de vida es y sigue siendo la ley del amor, que en todo momento da prueba de su eficacia y autenticidad mediante un perfecto espíritu de obediencia y un perfecto cumplimiento de la obediencia.

El instrumento libre, por ser instrumento, necesita de la fuerza y gracia del Dios vivo que quiere utilizarlo. Por eso se empeña siempre por un duradero y profundo desposorio entre las propias y débiles fuerzas que Dios le dio, y la gracia de Dios. Cuando este desposorio alcanza un determinado grado, puede decir, con san Pablo: "Todo lo puedo en aquel que me da fuerzas".

De ahí se explica la inclinación del instrumento libre a la oración y a la recepción de los sacramentos. Éste es el cimiento de la inconmovible certeza de la victoria que tiene el instrumento perfecto. San Agustín dice con acierto: Quien ame el rostro del omnipotente no temerá el rostro de los poderosos de este mundo. Una profunda sabiduría de vida se esconde en los dichos: "La oración tiene un brazo largo" o bien: "El hombre unido a Dios es la potencia más fuerte, es el partido más poderoso". Desde el punto de vista de la instrumentalidad comprendemos también las palabras del Señor: "El que me envió está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada".

El instrumento enviado por Dios y utilizado por Dios aúna, de manera admirable, confianza y actividad propia, humildad y generosidad. En razón de la unión a Dios continua y vigorosa, es un maestro y héroe de la confianza, de la valentía y de la generosidad. Dios lo creó libre y con capacidades propias. Por eso no se cansa de poner esas capacidades al servicio de Dios. Al realizar exitosamente su tarea mantiene la conciencia de que Dios es la causa principalis, y él mismo ha sido sólo una causa instrumentalis. En toda circunstancia, incluso al cosechar grandes éxitos, permanece silenciosamente conforme y a la vez hondamente humilde. Porque sabe qué es lo que tiene que atribuir a sí mismo y qué a Dios. Faltas y pecados no lo desalientan: son sólo "malezas en el jardín personal". Más bien lo impulsan a arrojarse nueva y más profundamente a los brazos de Dios, a desposar la debilidad propia con la fuerza y la gracia de Dios y, de ese modo, revitalizar la conciencia de ser instrumento.


viernes, 5 de diciembre de 2025

DESASIMIENTO TOTAL

 

La espiritualidad de instrumento — Desasimiento total

Desde este punto de vista se comprende por qué un instrumento que obra con libertad (como en este caso el ser humano en cuanto animal rationale), en virtud de su carácter de instrumento ha de luchar seriamente por un desasimiento total de sí mismo, sobre todo de su enferma voluntad propia. Porque donde hay una voluntad caprichosa, el instrumento cesa de estar unido a la causa principalis y ya no se deja guiar por ella hacia todas las tareas y metas para la cual dicha causa principalis lo ha previsto y lo quiere usar.

Para nosotros Dios es y sigue siendo siempre la causa principalis. Para estar continuamente a disposición suya como sus instrumentos, luchamos por todos los medios por alcanzar una santa indiferencia ante todo lo creado. Esa santa indiferencia sólo se puede alcanzar mediante un agere contra o bien mediante una disposición positiva general a asumir las dificultades, incluso las máximas, tal como se expresa en la inscriptio y se pone en práctica en la vida cotidiana, cuando abrazamos y sobrellevamos la cruz y los sufrimientos no sólo con paciencia sino también con alegría, cuando acogemos con amor los desprecios, cuando amamos concretamente la cruz.

Cultivando con seriedad la inscriptio, nos vaciamos de nosotros mismos y así estamos en condiciones de ser colmados por Dios, a fin de que él nos utilice para sus metas. Todo lo que nos impida en nuestra obra de vivir y trabajar fundados en la inscriptio, nos desprende y separa en la misma medida de Dios, obstaculiza el flujo de su fuerza y de su gracia hacia el instrumento y el "sí" pleno e ilimitado a sus objetivos.

Nuestra voluntad caprichosa, el escollo más grande para nuestro carácter de instrumentos, sólo puede ser vencida por una obediencia perfecta y signada por el amor. De ahí la importancia y el lugar que ocupa la obediencia en el marco de la espiritualidad de instrumento. Así se comprenderá por qué nosotros ponemos un énfasis tan extraordinario en esa obediencia familiar: una vez que pasamos a ser miembros e hijos de la Familia por el compromiso de perseverar, integramos a la Familia esa obediencia familiar como único vínculo jurídico.

 

DESASIMIENTO TOTAL - 2 - Vinculación total

Nos desprendemos de toda voluntad caprichosa, de todo egocentrismo del corazón para entregarnos por completo a Dios y sus deseos, tal como éstos se nos manifiestan en el deseo y voluntad de la Iglesia y de nuestros superiores, en las instrucciones de nuestras santas constituciones y usos. Con razón no nos apegamos a una única tarea en cuanto tal, trátese de la adoración, de la educación y docencia dentro o fuera de la Familia, la pastoral parroquial o atención de las familias, confección de vestimentas sagradas, labores literarias o artísticas, trabajo en la diáspora o en las misiones. Nuestra íntima ley de vida es y sigue siendo la ley del amor, que en todo momento da prueba de su eficacia y autenticidad mediante un perfecto espíritu de obediencia y un perfecto cumplimiento de la obediencia.

El instrumento libre, por ser instrumento, necesita de la fuerza y gracia del Dios vivo que quiere utilizarlo. Por eso se empeña siempre por un duradero y profundo desposorio entre las propias y débiles fuerzas que Dios le dio, y la gracia de Dios. Cuando este desposorio alcanza un determinado grado, puede decir, con san Pablo: "Todo lo puedo en aquel que me da fuerzas".

De ahí se explica la inclinación del instrumento libre a la oración y a la recepción de los sacramentos. Éste es el cimiento de la inconmovible certeza de la victoria que tiene el instrumento perfecto. San Agustín dice con acierto: Quien ame el rostro del omnipotente no temerá el rostro de los poderosos de este mundo. Una profunda sabiduría de vida se esconde en los dichos: "La oración tiene un brazo largo" o bien: "El hombre unido a Dios es la potencia más fuerte, es el partido más poderoso". Desde el punto de vista de la instrumentalidad comprendemos también las palabras del Señor: "El que me envió está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le agrada".

El instrumento enviado por Dios y utilizado por Dios aúna, de manera admirable, confianza y actividad propia, humildad y generosidad. En razón de la unión a Dios continua y vigorosa, es un maestro y héroe de la confianza, de la valentía y de la generosidad. Dios lo creó libre y con capacidades propias. Por eso no se cansa de poner esas capacidades al servicio de Dios. Al realizar exitosamente su tarea mantiene la conciencia de que Dios es la causa principalis, y él mismo ha sido sólo una causa instrumentalis. En toda circunstancia, incluso al cosechar grandes éxitos, permanece silenciosamente conforme y a la vez hondamente humilde. Porque sabe qué es lo que tiene que atribuir a sí mismo y qué a Dios. Faltas y pecados no lo desalientan: son sólo "malezas en el jardín personal". Más bien lo impulsan a arrojarse nueva y más profundamente a los brazos de Dios, a desposar la debilidad propia con la fuerza y la gracia de Dios y, de ese modo, revitalizar la conciencia de ser instrumento.

(Continuará)

viernes, 21 de noviembre de 2025

LA ESPIRITUALIDAD DEL INSTRUMENTO

La espiritualidad de instrumento — Características y fecundidad

El ensayo sobre "La espiritualidad del instrumento" surge fundamentalmente de la fuente de nuestra alianza de amor, pero es asimismo fruto de la decisión del padre Kentenich del 20.01.1942 y de la experiencia concreta en el campo de concentración de Dachau. Fue escrito allí en Abril de 1944, al cabo de dos años de prisión.

El presente texto ofrece las declaraciones básicas sobre el tema de la instrumentalidad. Se lo leerá con mayor provecho teniendo en cuenta el trasfondo de la vida en el campo de concentración. Si en esas experiencias límites que ponen en riesgo su vida, el ser humano no se desprende de lo terrenal y se pone totalmente en manos de Dios y se deja guiar por él, difícilmente logre sobrevivir conservando su equilibrio psicológico. Y justamente merced a esa vivencia de desasimiento de lo terreno y abandono en Dios, el hombre crece en grandeza humana e íntima seguridad. Dios mismo y su gracia triunfarán en su vida.

El texto ha sido tomado del ensayo escrito en Dachau en 1944: "Espiritualidad mariana del instrumento", Vallendar-Schönstatt, 1974, p. 3-8,28-31 y 34-39.

 

En primer lugar algunos pensamientos sobre la instrumentalidad o sobre el carácter instrumental de nuestra espiritualidad en cuanto forma de vida. Desde este punto de vista la espiritualidad instrumental posee seis cualidades:

1. Desasimiento total,

2. vinculación o entrega total,

3. alto grado de disposición al compromiso o bien incansable espíritu de conquista,

4. carácter de expresa parusía o aparición,

5. seguridad liberadora,

6. gran fecundidad.

Para comprender cabalmente estas cualidades, recuérdese que, por esencia, un instrumento presupone siempre una persona que lo utilice, presupone que sea eficaz en razón de esa causa principalis efficiens, y que concentre todas sus fuerzas y capacidades en la consecución de un objetivo determinado por la causa principalis y hecho suyo por la causa instrumentalis (cuando ésta es un ser dotado de razón y libre albedrío). Así pues se habla con razón de un instrumentum conjuctum, vale decir, conjunctum totaliter in quantum fieri potest cum causa principali: un instrumento unido a la causa principalis de la manera más perfecta posible.

(Seguirá la próxima semana)

  

viernes, 14 de noviembre de 2025

Desvelar el misterio de la santísima Virgen

El administrador de este ‘Blog del Padre’ se esfuerza, con la publicación de los textos del Padre Kentenich, en dar a conocer la figura de nuestro Fundador, su pensamiento, su vida y misión. Esto no impide su aceptación y conformidad personal con la doctrina de la Iglesia.

En su alocución del 9 de noviembre desde el balcón del Vaticano el Papa León dijo entre otras cosas lo siguiente:

"Como el Evangelio nos recuerda en el episodio de la purificación realizada por Jesús en el templo de Jerusalén, el verdadero santuario de Dios es Cristo muerto y resucitado. Él es el único mediador de la salvación, el único Redentor", proclamó el Papa en la alocución del Angelus en la misma semana que se ha generado un intenso debate sobre el título de "corredentora" para María, que Doctrina de la Fe desaconseja vivamente en su documento Mater populi fidelis.”

Recordé al leerlo lo que nuestro Fundador dijo cuando celebró sus 73 años de vida en Milwaukee. Se puede leer en el libro “Con María hacia el nuevo milenio”. Dice así:

 

 “Quizás la declaración sobre sí mismo más íntima y amplia del padre Kentenich se halle en la siguiente cita breve. Ha sido tomada de una alocución pronunciada en Milwaukee, en el "Santuario del exilio", cuando el padre Kentenich celebraba sus 73 años de vida. Considerando las circunstancias penosas ligadas a su nacimiento, estas palabras arrojan tanto más luz sobre su convicción, madurada en la fe y a lo largo de los años, de haber sido llamado desde el seno materno para anunciar al mundo el "misterio de María".

El texto se halla en "Mit María ins neue Jahrtausend. Ausgewählte Texte zur Sendung der Gottesmutter" (Con María hacia el nuevo milenio. Textos escogidas sobre la misión de la santísima Virgen) (editado por G. Boll y otros) Vallendar - Schoenstatt, 2000, pp. 153- 154).

En las últimas semanas hemos escuchado en varias oportunidades las palabras que Dios le dirigiera al profeta Isaías: "Antes de formarte en el vientre te elegí, y te llamé por tu nombre: mío eres tú". Palabras que se adecuan perfectamente a este día, a esta celebración que hoy nos reúne en el santuario. ¿Qué significa: "Te llamé por tu nombre: mío eres tú"? En primer lugar, que Dios me llamó a la vida. Creemos que Dios hoy, hace 73 años, habló así. Dijo: te saqué de la nada y te di la vida. Hace 73 años me llamó por mi nombre y me dijo: mío eres tú. Me dijo: mío eres tú con tu originalidad y tu misión original…

Si le preguntásemos a san Pablo cuál fue su misión, nos respondería: se me dio la misión de anunciar al mundo el misterio de Cristo, de Cristo el Redentor, el Mediador, la Cabeza del Cuerpo Místico. Espontáneamente preguntamos ahora cuál es la misión que se me encomendara a mí hace 73 años. Teniendo en cuenta lo que dijimos de san Pablo, me permito decir: mi misión fue y es anunciar al mundo el misterio de la santísima Virgen. Mi labor es proclamar a la santísima Virgen, darla a conocer a nuestra época como la colaboradora permanente de Cristo en toda la obra de redención, como la corredentora y mediadora de las gracias; la santísima Virgen, en profunda biunidad con Cristo y con la misión específica que ella, desde su santuario, tiene para nuestro tiempo.” Hasta aquí las palabras de nuestro Padre Fundador.

 Kentenich Reader, Tomo 1, pág. 81

 


sábado, 8 de noviembre de 2025

MARÍA, CORREDENTORA Y MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS

Nuestro Padre fundador nos explica en una de sus conferencias del año 1952 la tarea de la Santísima Virgen en el orden de la salvación del género humano. Dice así:

“¿Cuál es entonces, mi tarea personal y la de todos nosotros? Queremos resolver problemas. Mi tarea es mostrarles a la Virgen María como la gran señal, así como Dios la pensó desde la eternidad y tal como nos la reveló. La imagen es tan universal y hermosa que no se puede agotar en un par de conferencias.

a. Ahora les recuerdo que María es la colaboradora permanente del Señor en la economía de la salvación. ¿Qué significa colaboradora permanente? Ella ayudó a Cristo en la encarnación, cuando era niño y bajo la cruz. Su ser, con todas sus fibras, indica siempre hacia Cristo, hacia la entrega a Cristo y a su obra. Quien se entrega a María cae en una cascada de Cristo. ¿Pueden imaginarse una catarata? Si yo quiero al papá y a la mamá entro también en el orden sobrenatural. No hay nada que nos lleve tan rápidamente a Dios como la entrega a María. Es caer en un remolino, en un remolino de Cristo, del Padre, de la santísima Trinidad. Primero tengo que amar a María y entonces recibiré también la comprensión para captar la proposición de solución que Ella me ofrece.

b. Quisiera nombrarles un segundo punto. María es la gran aplastadora de la serpiente. ¿Qué significa ello? ¿Quién debe aplastar la cabeza del demonio? La Virgen María, es la misión de María.

c. Ella es la educadora del pueblo. ¿De qué nos sirven los grandes congresos convocados en la tierra, si no se ejecuta un trabajo acucioso y concreto en la educación? Entonces sólo con grandes movimientos de masas, sin sentido. ¿A quién pensó Dios como la gran educadora? A la santísima Virgen. ¡He ahí a tu Madre! Ser madre significa ser educadora, no sólo concebir y dar a luz. Allí donde se levantan santuarios de Schoenstatt, María está actuando como la gran educadora.

d. ¿Cómo es, entonces, la imagen de María? Ella es la corredentora y la medianera de todas las gracias. Está entre Dios y nosotros. Está de nuestra parte y también de parte de Dios. Quisiera desarrollar un poco este punto de vista.

El propósito perseguido es siempre la solución de nuestros problemas. Quiero demostrarles hasta qué punto la santísima Virgen está de nuestra parte.

Ella es garante y la representante de lo auténticamente humano. Allí encontramos situaciones en las que Jesús se da con una inaccesibilidad divina. Cristo, Hombre-Dios trata a su Madre con una inaccesibilidad divina, no humana. Y la santísima Virgen es tan humana, como cualquier mujer noble. Por eso es la representante de lo humano. Ella es también la mujer que ha probado todas nuestras aflicciones. Ella es la garante porque tiene voz y voto en el consejo de la santísima Trinidad —humanamente dicho— para que el buen Dios sea "algo más humano" en el gobierno del mundo. Espero que comprendan bien lo que estoy diciendo. Es mejor si tomamos un solo pensamiento: María es la garante y la representante de lo auténticamente humano:

a. en su desarrollo espiritual

b. en nuestro desconcierto espiritual. Las incomprensiones, los enigmas que trae la vida afligieron a la santísima Virgen con igual intensidad que a nosotros.”

Padre José Kentenich

María en la educación al servicio de otros