La
historia de alianza y su reviviscencia en nuestra propia historia: los «hitos»
El padre Kentenich relata a
matrimonios de Milwaukee acerca de los desarrollos del Movimiento de
Schoenstatt, desarrollos que él interpreta como una «historia de alianza», es
decir, como una historia de dos «contrayentes de alianza»: Dios y los hombres. Este
desarrollo tiene puntos culminantes que él denomina «hitos». Se orienta para
ello en la historia vivida por el pueblo elegido con Dios sobre la cual narra
la Biblia en el Antiguo y Nuevo Testamento: toda la historia de salvación es
una historia de alianza.
El padre Kentenich invita a los
matrimonios a ver la propia historia de vida en el espejo de la historia de
salvación y a comprobar en qué medida su propia vida es una historia de alianza
con Dios, y en qué medida en esa historia pueden encontrarse también «hitos».
De esa manera los invita a revivir esos hitos y a hacer propios los pasos de
desarrollo que estos contienen.
Nosotros conocemos la historia de Schoenstatt y la
denominamos una historia original de alianza. ¡Historia de Schoenstatt
especial! ¿Cómo es esa alianza de amor especial y cómo es la historia especial,
la historia de alianza especial? Esto puede abordarse de distintas maneras.
Puedo repasar toda la historia de Schoenstatt, o sea, desde 1914 hasta ahora y
considerar como línea clara cómo es la historia de alianza en cada una de las
etapas. Pero también puedo hacerlo de otra manera: puedo colocar las alianzas,
nuestra historia de alianza original, en un contexto mayor. Es decir, por
ejemplo, puedo exponer nuestra historia de alianza original en [el marco de] la
historia de alianza de la historia de salvación. ¿Y qué presupone eso?
Presupone que Dios ha sellado una alianza con el mundo: con Adán, con Moisés,
con Noé, etc. De ese modo podemos concebir la historia entera como una historia
salvífica, la historia de la salvación como una historia de alianza.
¿Y entonces? Si toda la historia de salvación es una
historia de alianza, se plantea la pregunta: ¿cómo es nuestra historia de
alianza original en el marco de esa historia de alianza general? Por eso el
tema: nuestra historia de alianza en el marco de la historia de alianza general
de la historia de salvación.
La historia de salvación en su conjunto es
una historia de alianza.
En segundo lugar, ustedes saben ‒sobre todo los que tienen una
predisposición
litúrgica más
acusada‒ que en el año litúrgico
se repite toda la historia de salvación.
Allí tenemos los tres ciclos del año litúrgico.
¿Qué
significa «tiempo
de Adviento»? ¿Qué
significa el tiempo de Adviento? Es el fuerte anhelo por el contrayente de
alianza. El ciclo de Pascua: ¿qué entendemos por el ciclo de Pascua? Con
el ciclo de Pascua está
asociada la Semana Santa. Ahora bien, si retenemos esa idea: ¿cómo
se presenta el Adviento en nuestra historia de alianza? ¿Cómo se presenta la
Pascua ‒con la Semana Santa‒?
Nuestra historia de Schoenstatt es una historia de alianza.
Verán, entonces tenemos que decir así: el
tiempo de fundación hasta 1939 o 1942 es la gran historia de alianza. Después,
a partir de 1942 tenemos, en realidad, la Semana Santa de Schoenstatt ‒de 1942 a 1949‒. Después,
a partir de 1949 hasta hoy es, en cierto sentido, el tiempo de Pentecostés de nuestra historia de alianza.
La historia personal de nuestra alma [y de nuestro matrimonio] es una historia de alianza.
¿Me permiten reiterarlo? [En Cambrai] también se ha tratado nuestra historia de alianza en el marco de la historia de alianza de la historia de salvación; pero después, al mismo tiempo, se la ha aplicado a la historia personal de nuestra alma. Naturalmente, este es un pensamiento sumamente valioso. ¡La historia de mi alma, una historia de alianza! Entonces: ¿cómo han de comprenderse el tiempo de Adviento, la Semana Santa, el Tiempo Pascual, etc., en esta historia de alianza dentro del marco de la historia de mi alma?
J. Kentenich, 21.10.1963, en Am Montagabend, t. 29, 17 ss.
No hay comentarios:
Publicar un comentario