«Pars motrix et centralis» es una expresión especial que el padre Kentenich tomó en su tiempo de san Vicente Pallotti y trasladó al Movimiento de Schoenstatt.
«Pars motrix», «parte motriz» del Movimiento de
Schoenstatt designa al núcleo interior de Schoenstatt, concretamente, a las
comunidades de los institutos y las federaciones o uniones. «Pars centralis»,
«parte central» designa a aquellas personas que trabajan con dedicación
exclusiva o parcial en la inspiración y conducción del Movimiento de
Schoenstatt.
Detrás de todo el Movimiento, que se sabe llamado como
instrumento en las manos de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de
Schoenstatt y como portador de una gran corriente de gracias, se encuentra una
pars motrix et centralis [«parte motriz y central»] cuya tarea de vida es
mantener despierto y hacer efectivo el espíritu de la consagración o el
espíritu de la alianza a fin de recoger, transmitir y hacer fecundas las
gracias de alianza que fluyen con fuerza desde el santuario. […]
La autoeducación y la responsabilidad mutua que se
despiertan en las distintas ramas [= comunidades de Schoenstatt] y son
alimentadas y profundizadas por cursos [de formación] y por prácticas
obligatorias mantienen el alma despierta y abierta para Dios y lo divino. […]
Tal como exitosamente lo hemos hecho hasta ahora,
[queremos] recordar constantemente la idiosincrasia que nos es propia y que
hemos esbozado, así como mantenerla y cultivarla cuidadosamente. Ante todo, nos
grabamos en la memoria que somos un movimiento original de ideas y de vida o de
educación, pero también un pronunciado movimiento de gracias. Cada palabra está
ricamente llena de contenido. Adherida a ellas va toda una cantidad de probada
tradición. Por eso, cada una de ellas ha de ser comprendida y realizada con
toda su riqueza de contenido. Además, tenemos una red organizacional muy
ramificada y amplia con puntos centrales locales ‒el santuario original y los
santuarios filiales‒ en la que se recoge la corriente de ideas, de vida y de
gracias que la sostiene, siendo a su vez sostenida por ella.
Por último, en el centro se encuentran entes cuya
tarea de vida, junto con los palotinos [más tarde, los padres de Schoenstatt],
consiste en ser el alma de todo el Movimiento y, de ese modo, proporcionar
continuamente espíritu y vida. […]
Destaco una vez más: la consagración quiere dirigirse
a la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt en su santuario. La
descollante meta interior y exterior de la Familia tiene que quedar clara. Su
color no debe ser modificado en ningún sentido. El sistema de educación debe
afirmarse con toda el alma y aplicarse continuamente, el arraigo y la centralidad local del Movimiento deben aplicarse de forma perfecta. La pars motrix et
centralis tiene que ser permanentemente consciente de su tarea principal de
inspiración y dirección, de servicio y de conducción y dedicarle a esa tarea
toda la fuerza de su vida. Si hacemos todo eso podemos esperar en la bendición
de Dios, y tampoco faltará el éxito exterior.
J. Kentenich, 1952, en Das
Lebensgeheimnis Schönstatts Fortsetzung des II. Teils, 6 ss.
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