viernes, 26 de abril de 2024

TENEMOS UNA MISIÓN: Ideal de tarea

Hay que distinguir entre un ideal de personalidad y un ideal de tarea:

Ideal de personalidad

 A Dios le agradaría que mi corazón fuese más rico, que mi entendimiento fuese más claro. Allí está en primer plano mi personalidad. ¡Autosantificación!

Ideal de tarea

Allí está en primer plano mi tarea, la que Dios me ha dado. Dios me ha plasmado de este modo para una tarea que debo realizar y cumplir. Por IP (ideal personal) hemos de comprender ambas cosas. Esto es de gran importancia por la:

Interacción entre ambas

Reflexionen un poco sobre la interacción entre personalidad y tarea. Yo me educo para una tarea. Pero también soy educado a través de una tarea. En la mayoría de los casos, los adultos nos formamos más a través de tareas que de un trabajo directo sobre nuestra naturaleza. (…)

Por eso hemos de procurar tener grandes ideas, grandes tareas, grandes metas. Eso ayuda no solamente al ideal personal, sino que regula también de forma orgánica a la persona entera. Es un maestro en la educación aquel que sepa cuál de los dos ideales es el que hay que poner en primer plano. Unas veces hay que hacerlo con la tarea; después, nuevamente más con la personalidad del educando.

J. Kentenich, 1935-1936, en Der erlöste Mensch. Priesterexerzitien, 89


Ideal personal como ideal de tarea

¿Qué contenido tiene que tener mi ideal personal? (…)

Un cobijamiento personal

Tengo que estar cobijado personalmente en la persona de Dios. Fácilmente perdemos esto de vista. (…)


Cobijamiento en el plano de las ideas

De alguna manera, tiene que resonar un cobijamiento en el plano de las ideas. Tengo que estar cobijado en las cosas de Dios también en cuanto a los contenidos, sentirme en casa en el mundo vivo de las verdades y los valores de Dios.

Estando yo mismo en casa en el corazón de Dios puedo procurar que otras personas encuentren un hogar personal semejante. Estando yo mismo en casa en el mundo de los valores de Dios puedo procurar que otras personas tengan en el plano de las ideas un cobijamiento, un amor y un hogar semejantes. Allí mi ideal personal actúa e impulsa como tarea, ha pasado de ideal de personalidad a ideal de tarea. Así, mi ideal personal tiene que contener de alguna manera el amor a Dios, pero no es imprescindible que Dios esté en la formulación. Habido santos que tuvieron una vivencia tan profunda de las almas de l purgatorio o del ángel custodio que encontraron allí el trampolín para saltar hacia el mundo sobrenatural. En las palabras que ellos escogieron resonaba todo el mundo sobrenatural. Así, Dios no tiene por qué estar presente como expresión verbal en el ideal personal, pero sí resonar y escucharse vivencialmente.

J. Kentenich, 1936-1937, en

Der heroische Mensch. Priesterexerzitien, 53

 



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