Solo tenemos que ver cómo revisamos el tema con cuidado. Por ejemplo, si tenemos dificultades, un conflicto de pareja, y se vuelve a calmar la cosa, se vuelven a calmar las olas del mar; entonces deberíamos comprobar a continuación: Ya ves, a ti te pasa esto y aquello y a mí me pasa también igual. Eso no está mal entonces. Ya saben, los conflictos matrimoniales hacen que el matrimonio sea después aún más benévolo, saludable y feliz.
Por supuesto
que no debería darse el caso de que alguien se suba al caballo y diga: yo soy
solo el que tiene la razón y tú tienes que cambiar. No, quédate con la imagen
del viejo Platón que puse al principio: el hombre y la mujer eran originalmente
un solo ser, físicamente un solo ser. Fueron cortados, por así decirlo, y ahora
se están juntando de nuevo en un solo ser.
Mediten
sobre ello; eso debe ser también con nosotros: marido y mujer, moralmente somos
una unidad, pertenecemos juntos. Mi cabeza y tu cabeza, se hacen una cabeza. Mi
corazón y tu corazón, se hacen un solo corazón. Mi mano y tu mano, se hacen una
sola mano. Mi pie y tu pie, son un solo un pie.
¿Entienden
lo que se supone que eso significa? Siempre tengo que preguntar eso porque las
cosas se han vuelto hoy tan extrañas para nosotros…. Así son las cosas, superamos a duras penas
todos los conflictos matrimoniales. Si nos entendiéramos un poco mejor, nuestro
amor se volvería más íntimo, más cálido y más fructífero a medida que
envejecemos. Por supuesto, el enamoramiento se oscurece con el tiempo, la vida
es demasiado dura. Pero el amor verdadero se queda y se vuelve más y más
profundo.
J. Kentenich 03.02.1958 en: Am Montagabend, Tomo 7, Pág. 297 y ss.
Qué lindo texto! Gracias Paco! Para trabajarlo!
ResponderEliminarGracias Paco, saludos desde Mexico!
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