Cuando el Padre Kentenich habla de la familia, en muchas ocasiones se refiere a la sagrada Familia de Nazaret como el modelo a seguir por los esposos. Lo hizo con los matrimonios, pero también quiso formar a las componentes de la juventud femenina de Schoenstatt según este ideal. Aquí algunos textos referidos al ideal de familia, dirigidos a esas jóvenes durante un retiro.
“¿En
qué ideal de familia desea la Madre de Dios, como Madre Tres Veces Admirable,
educar a sus instrumentos? La respuesta es esta: Ideal de Nazaret.
Por
eso se nos plantea la pregunta: ¿qué entendemos nosotros bajo una familia de
Nazaret? ¿Nazaret? Quizá piensen ustedes: válgame Dios, ya hace más de 2000
años. Nosotros los americanos somos modernos y hemos progresado mucho. Por eso
nosotros añadimos: Familia de Nazaret de forma más adecuada al tiempo ….”
J.
Kentenich 18.01.1953 – en ‘Familia – servicio a la vida’.
“La
Sagrada Familia es ideal en sus protagonistas, en sus personalidades. ¿Quiénes
son los protagonistas en la Sagrada Familia? Es el Redentor, es la querida
Madre de Dios, y ahí está también el sencillo, simple y fiel san José ….. Eran
todos personalidades autónomas y personalidades reservadas.
Ustedes
ya han permitido que les cuenten, que ninguna comunidad puede ser auténtica, si
no está formada por personalidades originales, fuertes y autónomas ….
Si
ustedes algún día se casan, no deben olvidar lo siguiente: Puede que mi
capacidad de entrega sea fuerte y vigorosa, pero yo debo cuidar siempre,
también en los años jóvenes, que mi voluntad de resguardarme frente al otro
permanezca fuerte y vigorosa. ¡No solamente entregarse, sino también cuidarse! ¡Ser
fuerte, independiente, ser una personalidad!
Eran
personas reservadas. Los tres tenían sus secretos …..
¿No
habían crecido interiormente juntos y unidos en una misma y muy profunda comunidad
de vida, de tareas y de sacrificios? ….
Repasemos
juntos y de forma breve todo lo grande y hermoso que yo veo en una familia
ideal. Por eso también el siguiente pensamiento: la Sagrada Familia, la imagen
más perfecta de la comunidad de vida divina en el seno del Dios trinitario …
¿Quién
es la imagen del Padre? Es san José …. San José es la encarnación visible del
Padre celestial. No nos vendría mal dejar que nos mostraran las características
particulares de san José. ¿Aquel con el que yo sellaré una alianza para toda la
vida será capaz de representar a san José? … Así pues, tengo que comprobar si
el hombre, el padre de mis hijos, es capaz de representar la posición de padre
como lo hizo san José.
Después
tenemos al hijo. Se trata del mismo Hijo, el Hijo de Dios encarnado y hecho
carne, imagen perfecta en todo lugar. Si yo pienso en el hijo, no olviden
ustedes lo siguiente: el centro en nuestra familia schoenstattiana es el hijo.
A él le regalamos ya desde ahora todo nuestro amor y cuidado. Con una pura
preocupación y un puro, verdadero y amoroso sacrificio me educo ya desde ahora
corporal y espiritualmente, para que después pueda llegar a ser siempre el todo
para este hijo ….
En
la Sagrada Familia la santísima Virgen representa el órgano del Espíritu Santo.
La Madre de Dios como la encarnación del amor de Dios, como el corazón de la
pequeña familia. ¿Estoy yo en camino de capacitarme para llegar a representar
un día el Espíritu Santo en la familia? ¿Soy capaz de alimentar a toda la
familia con la sobreabundante riqueza de un corazón maternal, no solo a un hijo
sino a varios?
Debo educarme para esa tarea
….. Ahora debo aprender a:
1. juzgar y pensar
bondadosamente,
2. servir desinteresadamente
allí adonde se me brinde la oportunidad,
3.
estar respetuosamente delante de cada vida.
Quizá
sea el ideal de una familia schoenstattiana demasiado alto; pero así debería
llegar a ser en algún momento. Sabemos sin embargo por nosotros mismos que la
realidad y el ideal son muy distintos, y por eso deberíamos de orientarnos una
vez y otra, y de forma seria, en el ideal. Si ya tenemos delante de nuestros
ojos la gran meta, y nos autoeducamos y formamos, sabemos por experiencia que
la persona crece con sus metas. Contemplar con claridad el ideal y fortalecer
nuestras fuerzas; no jugar ahora, y después cuando llegue el momento no estar
preparados …..
Que
la Santísima Virgen nos bendiga y conduzca, de forma que todos los que estamos
ahora juntos, pueda cada uno en su sitio ser protagonista de grandes obras.”
J.
Kentenich, 11.o8.1936 A la juventud femenina (manuscrito)