miércoles, 9 de octubre de 2013

Arraigados en el pasado de la Iglesia


Arraigamiento en el pasado de la Iglesia

En segundo lugar dije: una alianza de amor que, en cuanto a su importancia ―no quiero decir en cuanto a su originalidad― se arraiga como todo lo nuestro, en el pasado de la Iglesia que es un pasado comprobado.
Esta es otra prueba del carácter divino de esa especie de instinto que nos orientó, o sea, lo que nosotros queremos no es algo absolutamente nuevo; solamente puede ser nuevo en la medida en que lo es todo redescubrimiento; puede ser nuevo el fervor con que nosotros remarcamos lo antiguo, pueden ser nuevos también, el modo y la manera de acentuarlo. Dios no se contradice; por lo tanto, es una prueba de lo divino. Si existe una corriente que puede apelar al pasado de la Iglesia, somos nosotros. ¿En dónde se arraiga la esencia de la alianza de amor? En el pasado de la Iglesia. En aquel entonces cuando sellamos la alianza reconocimos tres elementos de ese pasado en el que se arraiga esa alianza.

1. Congregación mariana
La tradición de las Congregaciones Marianas. Desde un principio las Congregaciones Marianas consideraron la consagración como una alianza de amor mutua, incluso hasta emplearon la expresión "contractus bilateralis". O sea, la alianza de amor se arraiga en el pasado. Miren, de esta raíz ha ido creciendo todo. En su momento, hemos reflexionado en qué se manifiesta la fuerza creadora del Espíritu Santo en la Familia. Aceptamos todo lo valioso del pasado, pero lo transformamos de un modo creador. Todo es original. Todo lo que se ha ido haciendo ha consistido en trasformaciones creadoras. Lo ha hecho el Espíritu creador; deben ser conscientes de ello; lo ha hecho Dios. Es cierto que hubo pequeñas personas que extendieron las manos; es verdad. Pero lo principal ha sido la fuerza divina creadora, ha sido el Espíritu de Dios.

2. La devoción mariana de Grignion de Montfort
Luego comenzó a tener influencia el tipo de devoción mariana de Grignion que no había influido en los comienzos y que consiste en una alianza de amor; en una alianza de amor perfecta. Posteriormente, la Familia tomó de ella su fuerza creadora y la transformó creadoramente ―como lo explicaré enseguida― en lo que está plenamente contenido en el Acta de Fundación y que paulatinamente ha ido madurando hasta llegar a ser lo que nosotros llamamos inscriptio. Ahora podría demostrarles exactísimamente que lo único que hicimos nosotros, que somos personas pequeñas, fue tantear para descubrir qué era lo que Dios quería, y lo que había obrado el Espíritu de Dios. En esta forma sencilla de intentar descubrir los deseos de Dios observando su obra en las almas radica la genialidad de la ingenuidad. Ustedes deben estudiar esto alguna vez; sobre todo los dirigentes. Si esto no es así, si ustedes no ven nada más que una gran fuerza humana, una fuerza humana creadora, ¡quién valorará hoy en día una obra meramente humana! Si Dios no está detrás de una obra humana, ésta se apoya en pies de barro. Miren, por eso, aquí tienen una segunda fuente que fue reconocida posteriormente por la misma Iglesia.

3. La devoción mariana de Vicente Pallotti
Y la tercera fuente que comenzó a manar más tarde, fue Vicente Pallotti con su especie de alianza de amor con la querida Madre de Dios.

O sea, en primer lugar, lo que nosotros queremos lograr con la alianza de amor está esencialmente arraigado en el pasado. La causa de la originalidad de esta alianza es el Espíritu Creador, el Espíritu de Dios que nos sugirió esa modalidad original.

(Tomado de una Conferencia del 20 de octubre de 1950 - Ver Manuscrito "Jornada de octubre 1950", Instituto secular de Schoenstatt Hermanas de María, Nuevo Schoenstatt, Argentina)

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