Arraigamiento en el pasado de la Iglesia
En segundo
lugar dije: una alianza de amor que, en cuanto a su importancia ―no quiero
decir en cuanto a su originalidad― se arraiga como todo lo nuestro, en el pasado
de la Iglesia que es un pasado comprobado.
Esta es otra
prueba del carácter divino de esa especie de instinto que nos orientó, o sea,
lo que nosotros queremos no es algo absolutamente nuevo; solamente puede ser
nuevo en la medida en que lo es todo redescubrimiento; puede ser nuevo el
fervor con que nosotros remarcamos lo antiguo, pueden ser nuevos también, el
modo y la manera de acentuarlo. Dios no se contradice; por lo tanto, es una
prueba de lo divino. Si existe una corriente que puede apelar al pasado de la
Iglesia, somos nosotros. ¿En dónde se arraiga la esencia de la alianza de amor?
En el pasado de la Iglesia. En aquel entonces cuando sellamos la alianza reconocimos
tres elementos de ese pasado en el que se arraiga esa alianza.
1. Congregación mariana
La tradición
de las Congregaciones Marianas. Desde un principio las Congregaciones
Marianas consideraron la consagración como una alianza de amor mutua, incluso
hasta emplearon la expresión "contractus bilateralis". O sea,
la alianza de amor se arraiga en el pasado. Miren, de esta raíz ha ido
creciendo todo. En su momento, hemos reflexionado en qué se manifiesta la
fuerza creadora del Espíritu Santo en la Familia. Aceptamos todo lo valioso del
pasado, pero lo transformamos de un modo creador. Todo es original. Todo lo que
se ha ido haciendo ha consistido en trasformaciones creadoras. Lo ha hecho el
Espíritu creador; deben ser conscientes de ello; lo ha hecho Dios. Es cierto
que hubo pequeñas personas que extendieron las manos; es verdad. Pero lo
principal ha sido la fuerza divina creadora, ha sido el Espíritu de Dios.
2. La devoción mariana de Grignion de Montfort
Luego
comenzó a tener influencia el tipo de devoción mariana de Grignion que
no había influido en los comienzos y que consiste en una alianza de amor; en
una alianza de amor perfecta. Posteriormente, la Familia tomó de ella su fuerza
creadora y la transformó creadoramente ―como lo explicaré enseguida― en lo que
está plenamente contenido en el Acta de Fundación y que paulatinamente ha ido
madurando hasta llegar a ser lo que nosotros llamamos inscriptio. Ahora podría
demostrarles exactísimamente que lo único que hicimos nosotros, que somos
personas pequeñas, fue tantear para descubrir qué era lo que Dios quería, y lo
que había obrado el Espíritu de Dios. En esta forma sencilla de intentar
descubrir los deseos de Dios observando su obra en las almas radica la
genialidad de la ingenuidad. Ustedes deben estudiar esto alguna vez; sobre todo
los dirigentes. Si esto no es así, si ustedes no ven nada más que una gran
fuerza humana, una fuerza humana creadora, ¡quién valorará hoy en día una obra
meramente humana! Si Dios no está detrás de una obra humana, ésta se apoya en
pies de barro. Miren, por eso, aquí tienen una segunda fuente que fue
reconocida posteriormente por la misma Iglesia.
3. La devoción mariana de Vicente Pallotti
Y la tercera
fuente que comenzó a manar más tarde, fue Vicente Pallotti con su especie
de alianza de amor con la querida Madre de Dios.
O sea, en
primer lugar, lo que nosotros queremos lograr con la alianza de amor está
esencialmente arraigado en el pasado. La causa de la originalidad de esta
alianza es el Espíritu Creador, el Espíritu de Dios que nos sugirió esa
modalidad original.
(Tomado de una Conferencia del 20 de octubre de 1950 - Ver Manuscrito "Jornada de octubre 1950", Instituto secular de Schoenstatt Hermanas de María, Nuevo Schoenstatt, Argentina)
(Tomado de una Conferencia del 20 de octubre de 1950 - Ver Manuscrito "Jornada de octubre 1950", Instituto secular de Schoenstatt Hermanas de María, Nuevo Schoenstatt, Argentina)
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