Promover la vida en una comunidad.
La vida que hay en mí debe pasar a través de la vida
de todos aquellos […] por los que he de trabajar. Pero esa corriente de vida se
alimenta a su vez por la vida de quienes están en mi comunidad. La corriente
que parte de mí recoge la corriente que está en cada individuo. Y la corriente
continúa de persona a persona, regresa nuevamente a mí y sigue circulando más y
más. […]
Este debería ser, en sí, el sentido de nuestra
educación a la comunidad: que realmente dejáramos circular una corriente de
vida a través de nosotros y nos dejáramos llevar por ella, pero también que
pudiésemos ayudar a crear la corriente de vida. […] La corriente que hay entre
nosotros tiene que fluir, seguir fluyendo.
J. Kentenich,
1963, en Ein Durchblick in Texten, t. 5, 342
Las tensiones forman parte de la vida.
Donde verdaderamente reina la vida, hay constantes
tensiones, hay una alternancia de pleamar y bajamar. Podrá ser también que, a
veces, las olas echen espuma por encima de la orilla. Siempre ha sido así entre
nosotros, y siempre seguirá siendo de ese modo.
Por eso hablamos no solamente de pedagogía de
movimiento, sino también de pedagogía de confianza. La pedagogía de movimiento
conduce por el camino del movimiento a fines claramente reconocidos. La
pedagogía de confianza deja intencionalmente las riendas sueltas incluso cuando
el oleaje se encrespa. Se apoya y confía no solamente en lo bueno que hay en el
ser humano y en la ley de tensiones en la comunidad, sino también en la
misericordiosa conducción de Dios. Por cierto, tiene constantemente a la vista la
situación, pero se mantiene gustosa en segundo plano y solo interviene cuando
resulta necesario y provechoso. […]
J. Kentenich, 1963, en Ein
Durchblick in Texten, t. 5, 350
Gestión de conflictos, teoría de las crisis.
Ese es precisamente el fin de la pedagogía de
movimiento: impulsar a decisiones a través de crisis surgidas espontáneamente o
suscitadas intencionalmente. Muchas veces, tales «crisis» son tanto una
expresión y como un medio para alcanzar la independencia de juicio, de vida y
de acción.
El socialismo y el comunismo han incorporado
cuidadosamente a su manera esta teoría de las crisis. Si no nos apropiamos
lentamente de lo valioso que hay en ellas, estamos llevando a nuestros
seguidores a los tiempos futuros sin que estén completamente pertrechados.
Nuestro camino estará signado por ruinas.
J. Kentenich, 1963, en Ein
Durchblick in Texten, t. 5, 352 s.
Percibir la vida.
Las jornadas que he dado no las di nunca a partir de
mí mismo. Fueron siempre respuestas a problemas que, en parte, habían sido
solucionados uno por uno en la dirección espiritual, en círculos más bien
reducidos. […]
Lo que antes lo hacía uno solo, ustedes deberán
hacerlo después como equipo. Preguntarse: ¿qué corrientes hay actualmente? Si
no saben hacerlo o no lo hacen, pasado mañana tendrán aquí un grupo humano
leñoso, pétreo.
J. Kentenich,
1963, en Ein Durchblick in Texten, t. 5, 345 s.
Conducir desde la vida.
Hemos crecido lentamente, y en cada momento las
conferencias daban respuesta a la problemática que llevábamos en nosotros. […]
El programa reza: no solo pedagogía a partir de la teoría, sino a partir del
ser humano. Ya he dicho a menudo que tengo mucho espacio in mente, es decir,
que debo mantener todas estas grandes verdades in mente. Pero lo que dejo
gotear hacia fuera debo adaptarlo a los oyentes. Esta es la pieza de maestría
del pedagogo, del educador, del maestro. Por supuesto, en ello reside el peligro
de que nosotros mismos permanezcamos siempre abajo. Nosotros tenemos que crecer
siempre hacia lo alto. Lo que dejo gotear hacia fuera debe ser adaptado. Eso es difícil.
J. Kentenich,
1963, en Ein Durchblick in Texten, t. 5, 337 s.
Dejar que la vida nos señale la dirección.
Podemos dejar que la vida nos señale la dirección,
pero no debemos dejarnos desconcertar por la vida, sino reducir todo lo que
ella dice a una gran idea.
J. Kentenich,
1963, en Ein Durchblick in Texten, t. 5, 357