miércoles, 21 de septiembre de 2011

María, signo de luz


Texto del Padre Fundador


Y ahora nos preguntamos: ¿Cuál es la fuerza fundamental que ha de ser vitalizada este año? Si nos animamos a consultar la ley de la puerta abierta, encontraremos la respuesta. ……. Permítanme que resuma lo que probablemente, vive ahora en sus almas. Me parece que si nos dejamos influenciar por el gran signo en el cielo, experimentamos que para nosotros es un gran signo de luz, signo de prevención, signo de esperanza. Tres pensamientos, tres expresiones con las que fácilmente podemos ocuparnos nosotros mismos.
Un gran signo de luz, un signo de luz en sí misma y un signo de luz por su contenido simbólico. ¿Un signo de luz en sí misma! ¿Puedo volver a repetir cómo nos ha sido presentada y delineada la imagen de la Madre de Dios? Observen con el corazón el oscuro panorama del tiempo actual, y dejen que en él resplandezca, que se propague, que relampaguee la luz, la plenitud de luz que irradia la persona de la querida Madre de Dios. …….. La vemos en su posición de “Mater Dei” y “Mater nostra”. Dejen que esta luz brille una vez más en el interior de sus almas y vayan acogiendo, reflexivamente, un rayo tras otro.
“¡Immaculata!” - ¡Cuánta luz! // “¡Intemerata”! - ¡Cuánta luz! // “¡Virgo Virginum preclara”! - ¡Cuánta luz! // “Dei Genitrix!” - ¡Cuánta luz! // ¡”Assumpta!” - ¡Cuánta luz! // “Corredemptrix!” - ¡Cuánta luz! // “¡Regina!” - ¡Cuánta luz! // “Mediatrix” -  ¡Cuánta luz!
Realmente, ¡una figura magnífica! Entendemos por qué nos sentimos encandilados por esta luz. …… Todo cuanto sabemos sobre la Madre de Dios se resume en una triple perspectiva: María es la mujer más venerada, la que ocupa la posición más encumbrada, la mejor dotada del mundo. ……. ¡Un gran signo de luz!

(Tomado de la primera conferencia de la “Jornada de Octubre 1950”, 16 de octubre de 1950; editada como manuscrito para la Familia de Schoenstatt por nuestras Hermanas de María, Nuevo Schoenstatt, Argentina, Págs. 31-32)

Comentario

Cuando en el camino de preparación al Jubileo del año 2014 dejamos de tener a nuestro Padre Fundador en el centro de nuestra atención y se nos invita a sumergirnos en el Año de la corriente del Santuario (18.10.2011 - 18.10.2012), quiero pensar que es el mismo Padre Kentenich el que nos sugiere focalicemos nuestra mirada y hagamos vibrar nuestros corazones en y con la imagen de la Santísima Virgen. Para poder amar de verdad, se necesita conocer a la persona amada. El no se cansó jamás de anunciarla a sus hijos como el camino más seguro para vivir la plenitud de Cristo y así llegar a lo más íntimo del corazón del Padre. Para el Fundador, María no es solamente el signo de victoria para el mundo contemporáneo, sino que es la imagen del hombre nuevo y de la realización perfecta de los designios de Dios para el hombre. La “Jornada de Octubre de 1950”, de la que a partir de esta semana tomaremos algunas reflexiones, es uno de los textos más trascendentales para conocer el pensamiento del Padre Fundador sobre la Santísima Virgen. Pocos meses antes de esta jornada de Schoenstatt el Papa Pio XII acababa de proclamar el dogma de la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma a los cielos. La devoción mariana que surgió con la alianza de amor sellada en 1914 tiene para nosotros su fundamento principal en el lugar objetivo que ocupa la Santísima Virgen en el orden de la redención. 

1 comentario:

  1. Para poder amar de verdad, se necesita conocer a la persona amada. Gracias por este compartir muy interezante es verdad para poder amar hemos de conocer más a la persona amada que el Señor nos conceda la gracias de conocer más maría su madre para más amrala y vivir siguiendo sus ejemplos un saludo GRACIAS

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