miércoles, 13 de julio de 2011

Nuestra espiritualidad



Texto del Padre Fundador

Queridos hermanos: en la última conferencia comenzamos con una explicación de la Obra de Schoenstatt desde el punto de vista de su carácter sobrenatural. Expusimos dos definiciones teológicas. Examinamos la primera parte de la primera de ellas; la definición dice así:
Schoenstatt es un instrumento en manos de la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt. Un instrumento perfecto y escogido de manera especial para la renovación del mundo en Jesús y María. Una renovación que se realiza desde nuestro santuario para gloria del Padre.
Sólo quiero recalcar un aspecto. Debería haber quedado claro que Schoenstatt, en su conjunto, es una obra especial de la Santísima Virgen: tanto nuestro santuario y nuestra espiritualidad original como toda nuestra Familia, considerada ésta en su totalidad y en cada uno de sus miembros y comunidades.
¿Qué consecuencia se desprende de esta realidad? En todas partes hay santuarios donde se aprecian exvotos que llevan inscritas frases como “Gracias, Virgencita, por tu ayuda” y similares. Son agradecimientos por gracias alcanzadas o por oraciones que fueron escuchadas por intercesión de la Santísima Virgen. Así también nosotros, en la medida en que somos schoenstattianos, hemos de remontar todo a la Madre tres veces Admirable y a su acción: nosotros y todo lo que somos y tenemos, nuestras buenas acciones y sentimientos, nuestros padecimientos, nuestras buenas obras y el fruto de nuestras buenas obras. ………… Por otra parte conocemos el principio: Nada sin ti, nada sin nosotros. Vale decir, con razón esperamos esas gracias de la Santísima Virgen, pero a la vez se exige nuestra colaboración. ¿Y cuál es esa colaboración? Les doy una respuesta general: Colaborar esforzándonos por alcanzar la cumbre del monte de la santidad. Y hacerlo con seriedad y constancia.

(De una conferencia del Padre Kentenich de los años 1954/55 en Milwaukee. – Ver: Kentenich reader, Tomo 2: Estudiar al Fundador, Págs. 16/17 – La espiritualidad de Schoenstatt)

Comentario

Los hijos de Schoenstatt hemos sido llamados a vivir nuestra santidad e instrumentalidad cristiana en la fuerza de la alianza de amor con la Santísima Virgen en sus santuarios. Ella ha sido la que nos ha escogido y la que espera de nosotros un esfuerzo especial como apóstoles que contribuyen a la renovación del mundo en Cristo para el Padre. Me ha llamado la atención que el Padre Fundador recalque en este texto algo que puede ser necesario “refrescar y actualizar” en estos meses de preparación al Jubileo del 2014: el convencimiento de que la Santísima Virgen no sólo escogió a Schoenstatt en su conjunto como obra especial suya, sino que cada miembro y cada comunidad de la Familia son también hijos predilectos y escogidos por la Reina de Schoenstatt. Hay siempre algo importante que “el otro” me quiere transmitir, también en las tensiones y dificultades. Se me ocurre pensar que este espíritu de admiración por el hermano o hermana, comunidad o grupo, que hacen conmigo el camino, debiera dinamizar nuestra labor organizativa en el camino hacia la celebración de los cien años de la primera alianza de amor en la Familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario