Disposición de alto grado al compromiso
Como tercera cualidad de la espiritualidad de instrumento
hemos mencionado una disposición de alto grado al compromiso o bien un
incansable espíritu de conquista. A menudo hemos hablado del tema. Ahora lo
abordaremos con mayor detalle.
La dogmática nos enseña que Dios quiere que todos los
hombres se santifiquen, y Cristo murió por todos nosotros. Pero el que nos creó
y redimió sin nosotros no quiere santificarnos sin nuestra colaboración. En
este sentido solemos repetir en Schoenstatt: "Nada sin nosotros". El
cristianismo es una religión de redención. Cristo es el redentor del mundo;
pero él pide nuestra colaboración para la redención subjetiva. Necesita
instrumentos que enviar, así como él fuera enviado por el Padre. "Como el
Padre me envió, así yo os envío a vosotros".
De ahí que, siguiendo el ejemplo del Señor, el
instrumento en las manos de Dios ha de estar dispuesto a comprometerse por el
reino de Dios en él mismo y en su entorno; vale decir, dispuesto a trabajar,
para gloria del Dios Trino, por una profunda unión de amor con Dios en él mismo
y también en el prójimo. Como ya se expuso, la espiritualidad de instrumento
recibe una impronta expresamente teocéntrica justamente en virtud de esa
actitud de querer conquistar almas, de ese indeclinable esfuerzo por la gloria
de Dios. Según la idea original que Dios tiene de nuestra Familia, no basta con
llevar a las almas gradualmente hacia la unión de amor con él: ese amor también
ha de despertarlas e impulsarlas a trabajar apostólicamente y a ganar nuevos
apóstoles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario