(continuación de lo apuntado la semana pasada)
«Vuestro Padre sabe lo que necesitáis, antes de
pedírselo» (Mt 6,8) …….
Otras formulaciones van aún más lejos. Acentúan
intensamente algo que a los oyentes de aquel entonces también les era extraño:
Dios no se preocupa sólo del pueblo elegido. Sus oyentes estaban convencidos de
este solo pensamiento: Israel es el pueblo elegido. Esta fe iba tan lejos que
los israelitas pensaban que los demás pueblos no eran objeto de su Providencia
y de su amor. ¡Pueblo elegido! Pero el pueblo en su conjunto, no cada uno en
particular. Esto deben tenerlo presente como telón de fondo y entonces comprenderán
lo que significa: el Padre no sólo se preocupa del pueblo de Israel en su
conjunto, no sólo de cada israelita en particular, no sólo se preocupa de cada
miembro del pueblo de Israel, de cada pequeñez, sino que, aún más allá, se
preocupa de todo lo creado, y especialmente de todos los hombres. No hay nada
en mi vida, ni lo más mínimo, que no esté contemplado en este plan.
Él se preocupa de cada pequeñez en lo que nos atañe a
cada uno y en cada uno. Presupongamos esto y entenderemos de inmediato las
enseñanzas que el Señor nos quiere impartir.
Dos gorriones por una moneda
Cristo se expresa en forma práctica (él es, por lo demás,
muy popular en sus descripciones, se adapta al pueblo, es decir, a sus oyentes)
y dice: «¿No se venden dos gorriones por unas monedas?» (Mt 10,29). No es
difícil trasladarnos a las circunstancias de entonces. Evidentemente, para la
mentalidad de esa época, si no nos equivocamos, y quizás más que en la
actualidad, el mundo de los pájaros tenía muy escasa importancia. No se trata
sólo de que se pueda comprar dos gorriones por una moneda, sino que lo más
importante, lo más esencial, es que «ninguno de los gorriones cae al suelo sin
el consentimiento del Padre». ¿Puede expresarse esto en forma más sencilla? De
modo que de estos seres insignificantes, de los que nadie se preocupa, se
preocupa el Padre, y ninguno cae al suelo sin que así esté en el plan del
Padre. «¡Cuánto más se preocupará de vosotros!»
Todos los cabellos están contados
«Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos
contados» (Mt 10,30). ¿Qué significa esto? Dios debe ser un estupendo contador.
Él conoce, por lo tanto, todos y cada uno de los cabellos de mi cabeza. Los
exégetas acostumbran a explicar la frase: "Todos los cabellos de vuestra
cabeza", diciendo que se trata de esos pequeños vellos que tenemos
comúnmente en el cuello, es decir, ni siquiera los cabellos de la cabeza, sino
que esos pequeños vellos en el cuello; de eso se trata. Si esto es así… así
parece ser… ¿o será solamente una imagen cualquiera? Y si fuera sólo una
imagen, entonces la imagen es en verdad suficientemente explícita. Si esta
imagen tiene un valor simbólico, entonces nuevamente, en la práctica, sólo
puede significar: Él se preocupa de mí, él sabe de mí. Y todo lo que se realiza
en mi vida, él lo previó y lo planificó. Pero todo por amor, para el amor y a
través del amor. Todo esto debe reforzar mi vinculación amorosa a él.
Los lirios del campo
Una última enseñanza va en la misma dirección: se nos
llama la atención con un nuevo ejemplo de la vida práctica. Dice que observemos
cómo se viste a los lirios del campo y cómo se cuida de los pájaros del cielo.
Salomón, en todo su esplendor, no se vestía como los lirios del campo (cf. Mt
6,28-29) Los pájaros del cielo no siembran ni cosechan; están solamente
entregados a la divina Providencia, y el Padre se preocupa de todos ellos, sin
excepción.
Tomado de: "Texte
zum Vorsehungsglauben", Patris-Verlag, pág. 93-99.
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